-“Mierda” -murmuré para mí misma. Supe desde el momento en que me desperté esa mañana que mi día iba a ser horrible. Sentada en mi coche, eché un vistazo al enorme todoterreno que estaba delante de mí. ¿Cuál era su puto problema? Llevaba atascada en el mismo sitio, en esta autopista perdida de la mano de dios durante 10 minutos. Y esos 10 minutos eran más de lo disponía. Volví a mirar el reloj. Mierda.
Suspiré y miré por la ventana, mis ojos se encontraron con los del conductor del coche que estaba a mi lado. El hombre cuarentón me dedicó una sonrisa asquerosa y vocalizó la palabra “guapa.” Argg… ¿Por qué los hombres tenían que parecer cerdos? Me eché hacia atrás en el asiento y dejé escapar un largo suspiro, pensando en el debacle nada más empezar mi día.
Me había despertado con el atronador sonido de Muse sonando por los altavoces de mi despertador. Protesté, enterrando mi cabeza en la almohada, buscando a tientas el botón para apagarlo. Pero el sonido no cesó, si no que subió el volumen. ¿Pero qué demonios? Me estiré más para desenchufar el cable de la pared, y me caí de la cama. Desafortunadamente, el despertador y todo lo demás que había sobre mi mesilla de noche se cayó conmigo.
¡Oh dios! ¡Mi BlackBerry! El ahora vacío, vaso de agua estaba tirado al lado de mi teléfono mojado. El pánico empezó a invadirme en cuando agarré el teléfono en mi mano, goteando. Estaba muerta. Toda mi vida y todos los horarios del señor Cavill estaban en esa cosa. Cogí aire con fuerza, para calmarme. Quizás podría secarlo y todo estaría bien, me dije a mi misma. Sí, claro. Como si el agua y los aparatos electrónicos caros se llevaran tan bien.
Recé en silencio, pidiendo que ayer por la noche me acordara de hacer una copia de seguridad. Pero después de recordar el día que había tenido ayer, estaba totalmente convencida de que me había olvidado. Mi jefe, Henry Cavill, estaba de un humor particularmente desagradable, y había pasado la mayor parte de su día dando órdenes y portazos. El tío era un bastardo de primera clase. Había sustituido a mi anterior jefe hace nueve meses, y ahora era un gilipollas y lo había sido desde el primer día. Normalmente no me molestaba. No había llegado a donde estaba por mi cara bonita.
Pero ese día estrené mi vestido de Calvin Klein, un enorme derroche y me sentía particularmente bien conmigo misma. Su rabieta me había hecho plantearme contratar un asesino en serio a eso de las seis de la tarde. Suspiré cuando me di cuenta de que iba a tener que pasarme toda la hora de la comida buscando un teléfono nuevo. De alguna manera me las apañé para olvidarme de mi incoherencia y prepararme para el día. Por supuesto, me olvidé de mi café y las llaves se cayeron por detrás del sillón, pero de algún modo, gané unos minutos mientras corría hacia el coche. Eso fue, por supuesto, antes del accidente. Me tomó casi una hora, ya que cuando llegué a la zona del accidente, los restos estaban bloqueando tres carriles en la carretera y el tráfico se condensaba en una sola vía. Oficialmente llegué una hora tarde a la oficina. En otras circunstancias, hubiera llamado, pero mi teléfono todavía estaba en casa, tirado sobre una pila de pañuelos de papel empapados de agua, al final del cubo de basura de mi cuarto de baño.
Sabía que esto iba a ser un infierno, aunque yo me sentía orgullosa de llegar siempre quince minutos antes al trabajo. Nunca había llegado tarde. Hasta hoy. Y todo porque él era un gilipollas. El señor Henry Cavill. Puse los ojos en blanco mientras su nombre azotaba mis pensamientos; no podía soportar a ese tío. Tenía unos aires de superioridad, y una actitud pomposa que jamás había visto en nadie. Solía escuchar lo que las otras mujeres de la oficina cuchicheaban sobre él porque, tengo que admitirlo, era extremadamente guapo. Pero si tienes algo de sentido común tienes que darte cuenta de que en la vida, la belleza es solo una primera capa, y que la fealdad llega hasta lo más profundo. Yo había tenido mis líos con capullos en los últimos años; salí con algunos en el instituto y en la universidad. Pero este se llevaba la palma. Capullo Buenorro!!