Desperté aturdida en una habitación que no era la mía, todo era muy extraño,desde la paredes perfectamente redondeadas hasta la lámpara desenchufada que brillaba como un sol en miniatura.
Me levanté de un saltó y me acerque a las únicas puertas de la habitación,la primera era un armario y la otra daba a un pasillo sin esquinas repleto de apliques que a saber dónde iban enchufados,al doblar la esquina me encontré de frente con un chico rubio más o menos de mi edad,me quedé quieta unos segundos analizado lo hasta que repare en la espada que pendía de su cadera,al instante me di la vuelta y salí corriendo por otro pasillo con una gran puerta al final, desesperada y con alguien corriendo detrás mía me metí a la habitación,la cual resulto ser una sala de armas, que oportuno pensé.
Mis ojos danzaron por la sala con ansia hasta que una espada atrapó mi mirada,la empuñadura de plata tenía rosas de rubí engastadas y la hoja aparentemente de cristal desprendía una tenue luz lavanda que parecía llamarme, en ese momento tres personas entraron a la sala,el chico rubio,el espadachín que rompió mi manga y el que me tapo la boca,todo mi cuerpo se puso en alerta y en un acto desesperado agarre la espada y la blandi frente a los chicos haciéndolos retroceder.
El espadachín dijo algo en otro idioma que no entiendo y ladeé la cabeza, entonces el rubio me dijo algo en inglés... pero mi inglés es desastroso así que solo entendí calmate, entonces una chica entró en la sala, tenía el pelo marrón oscuro y los ojos le brillaban como si fueran faros,la chica me habló en español, por fin algo que entiendo.
- baja la espada,no te harán nada- ya un poco más confiada pose la espada en el suelo y me levanté en un ágil movimiento.
- donde estoy?- pregunté con la voz pastosa.
- en limbath - respondió la chica con una sonrisa de oreja a oreja.
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Hasta la próxima

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Memorias De Idhun Y Tu
FanfictionAquí se cumple el sueño de muchas lectoras de ser parte de la triada, aunque serán cuatro,crucen el umbral de esta historia y contemplen los seis astros.