Pompón comía lo último que quedaba de la tarta de arándanos que le dio Grimaldo de su premio, se encontraba de cuclillas al lado de una puerta que llevaba una placa dorada y en ella estaba tallada "Teniente Azulin" en letras cursivas, indicando que esta era la puerta de la oficina. Llegó a las seis de la mañana al cuartel general donde se ubican las oficinas de los soldados de altos mandos a excepción de los cabos y sargentos, esos se ubican cerca del campo de entrenamiento. No obstante, ya eran las ocho de la mañana y no había ningún rastro del osito azul, le pregunto a la secretaria y a los otros osos que rondaban por el lugar si había llegado el teniente Azulin, todos le respondieron que nadie lo había visto.
Harto de estar esperando se levantó de su lugar y se dirigió a la salida para seguir con sus actividades, hasta que escucho una voz muy conocida que se acercaba dónde estaba él, era Azulin que lanzaba insultos en el aire, llevaba el uniforme con arrugas y las insignias mal colocadas, su máscara estaba ligeramente inclinada hacia la izquierda que apenas era visible su ojo, no llevaba su capa y su guante. Era un verdadero desastre ante los ojos del osito amarillo.
Pompón no entendía por qué Azulin tenía una mala apariencia y la razón de su tardanza cuando un pensamiento cruzó en su cabeza. No le había enseñado donde estaba su oficina después de que el osito azul le encerró la puerta en la cara.
Antes de que pudiera reaccionar, Azulin ya lo sostenía de su camisa rosada y lo azotó en la puerta.
—Maldito idiota, no me dijiste donde diablos está mi oficina ayer —reclamo Azulin enojado, agarrando con fuerza el uniforme del cabo.
—Bueno señor, consideraba que después de que me cerraste la puerta en mi cara fue el final de nuestro recorrido —respondió Pompón tranquilo, tomando la muñeca del contrario y apretándola con fuerza—. Si quería que lo guiará me hubiera llamado con uno de los reclutas y con gusto lo hubiera ayudado.
Azulin estaba sorprendido, no solamente por la fuerza sino por la actitud rebelde del osito color miel.
—¿Me estás diciendo que yo tengo la culpa?, ¡Deja de jugar al buen soldado y asume tu responsabilidad! —aclamo el osito azul.
—No entiendo señor, usted me dijo que dejara de fingir en alguien que no soy y que demostrará mi verdadero yo —dijo Pompón, logrando que Azulin lo soltara y se aleja de él, creando un espacio entre ambos—. Y es lo que estoy haciendo, demostrar mi verdadero yo.
El osito azul estaba desconcertado, no pensó que Pompón sería alguien que cuestiona la autoridad y busca un hueco para salirse con las suyas, a diferencia de los rumores que había escuchado por parte de otros reclutas. Esto era un problema para sus futuros planes y tendrá que buscar una manera de someterlo.
Sin querer seguir con la discusión que no ganara, con dificultad saco las llaves de los bolsillos de los pantalones y abrió la puerta de la oficina.
—Entre rápido y terminemos con esto —demando el teniente, evitando la mirada del osito con pecas.
Pompón obedeció la orden de su superior y entro a la oficina sin decir una palabra. El lugar se encontraba limpio y ordenado con las paredes de tono rosa pastel y el piso de madera de roble, había un librero en el lado derecho y enfrente del mueble un mapa de gran tamaño similar al plano que tenía el despacho del coronel Otto. El de ojos lavanda admiraba el lugar que, a pesar de ser pequeño, está en buenas condiciones.
Azulin cerró la puerta y tomo asiento en su escritorio, indico a Pompón que se sentara en la silla enfrente a él y el otro osito se sentó donde le indicaron.
—Usted debe de saber que los altos mandos lo pusieron como mi asistente y ayudante, con el propósito de que tenga suficiente tiempo para acostumbrarme a mi cargo y no se presente ningún problema —explico el de ojo celeste, acomodándose la máscara.
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¡A sus ordenes!
FanfictionPompón tiene una importante misión: seguir todos los caprichos del teniente al pie de la letra y tener un buen desempeño. ¿El problema? Que el teniente no era nada menos que Azulin, el cadete más problemático de todo el campamento. No obstante, eso...