3° orden: Desayuno

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Cuando el cielo nocturno se volvió a un azul claro y las estrellas desaparecieron para dar la bienvenida a la luz del sol, significaba un nuevo día en el Campamento Corazón. Los reclutas se levantaban con pereza y cansancio de sus duras camas, se dirigía a las duchas para despertarse completamente y llegaban a la cafetería para tomar su desayuno y poder seguir con la rutina matutina.

Pompón ya se encontraba en la cafetería antes de los demás soldados, que suelen comer a las 6:30 am, para su mala suerte, fue recibido por varias miradas de confusión de los reclutas porque todos sabían que el osito con pecas suele levantarse temprano para tener un buen lugar y no ser molestado, pero verlo parado en la puerta de la cocina con una mirada de molestia, y no estar comiendo su plato de gachas con sus documentos en la mano como de costumbre era una vista muy rara para los presentes.

El osito amarillo tenía una explicación para esta escena y tenía relación con el teniente Azulin.

...

Ayer en la tarde, después de la "agradable" charla que tuvo con el osito azul, se dispuso a ordenar el almacén del armamento para verificar que todas las armas y misiles estén en el lugar indicado y que ningún osito lo haya robado para jugar con ellas y provocar un accidente. Pompón revisó el estado de los arcos y de las flechas y a ver que todas están en buen estado se dirigió a las granadas, esas armas eran muy peligrosas para aquellos que no eran cuidadosos y tan solo con un movimiento en falso puede provocar un desastre, el osito amarillo soltó un suspiro de angustia al pensar en los pobres ositos que han muerto por utilizar la pólvora.

—Algo que estoy de acuerdo con el comandante Fluffy es que no hay nadie que domine la pólvora —pensó el de ojos lilas, tomando el portapapeles que está colgada en la pared y comenzó a contar los explosivos.

Las bombas se localizaban en una caja cubierta de esponja negra y adentro de ella estaba unos cuatro cuadrados de esponja dura que tenía la forma de la granada para mantenerlas fijas, cada cuadrado contenía seis granadas pintadas de color rosa, con el símbolo del corazón con un ojo y el anillo de seguridad. Las armas de fuego no eran muy producidas debido a la falta de recursos y el tiempo que se toma en hacerlas.

El osito amarillo levantó el último cuadrado negro y se dio cuenta de que faltaba una granada, confundido busca en el fondo de la caja por si se cayó cuando movió todo el contenido, pero no había nada, revisa el inventario para saber si la granada restante fue utilizada en el campo de entrenamiento más el reporte indicaba que solo se utilizaron seis granadas en la última práctica y que se envió el cuadro negro para llenar más armamento.

—No puede ser, tendré que hacer un reporte de esto —escupió Pompón frustrado, acomodando las cajas en su lugar mientras maldecía en voz baja a los encargados de la organización de inventario por el error que cometieron al no avisar la inconsistencia del informe y la falta de una granada.

Sin querer saber que otro equipo este desaparecido o dañado decide terminar con la revisión, dejando el portapapeles en su lugar y saliendo del almacén, topándose con un osito color limón y de ojos naranja sentado cerca de la puerta del sitio.

—Cabo Pompón, me alegra encontrarlo. Tengo un mensaje para usted —dijo el recluta saludando a su superior.

—¿Cuál es ese mensaje? —pregunto Pompón irritado, queriendo llegar directamente al grano e irse a descansar.

El osito verde se estremeció ante la actitud del cabo y nervioso saco una hoja de papel arrugada de su bolsillo.

—Es del teniente Azulin, me dijo que usted le debe de traer el desayuno mañana a la hora de su reunión y que le pida al chef lo que venga en la lista —explico el soldado, estirando la hoja hacia el osito amarillo.

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2023 ⏰

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