ꜱᴇʀɪᴇ ᴅᴇ ʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀꜱ | 𝙶𝚎𝚗𝙼𝚞𝚒

𝚅𝚎𝚝𝚎𝚛𝚒𝚗𝚊𝚛𝚒𝚘

| 𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒖𝒏𝒊𝒄𝒂 |

D𝙞𝙨𝙘𝙡𝙖𝙞𝙢𝙚𝙧: Demon Slayer (Kimetsu no Yaiba). Creado por Koyoharu Gotouge.

Temática: Modern AU - Ambiente Universitario.

Advertencia: Ninguna.

Mención leve de: Sabito x Makomo

Sinopsis: Cuando su gemelo le pidió que llevara a su gato al veterinario ya que estaría ocupado, jamás imagino terminar sacando escusas para seguir siendo él quien llevará al felino a su seguimiento, todo lo adjudicaba a ese nuevo practicante que estaba de turno.

Pov. Narradora

Un jadeo de alivio salió de su boca en cuanto sintió la suave almohada recibirlo. Ni siquiera se molestó en cambiarse de ropa a una más cómoda, solo dejo que el cantar de los pájaros y la brisa de la tarde lo llevaran al mundo de los sueños.

Había sido una semana un tanto pesada debido a los trabajos y examenes de la universidad. Apenas pudo pegar el ojo por las noches y comer algo en las mañanas pues el tiempo no le alcanzaba. Pero ya podía respirar un poco y relajarse.

— ¡Oye Muichiro necesito un favor!

O eso creyó hasta que su hermano irrumpió en su habitación.

— ¡Yuichiro! — se quejo en voz ahogada por la almohada —. Apenas me estaba quedando dormido...

El mencionado viro los ojos por el comportamiento de su gemelo, se acercó hasta la cama donde seguía recostado boca abajo Muichiro.

— Exagerado... — le dio una pequeña patadita a la pierna colgante de su contrario haciéndolo gruñir —. Pero en serio ocupo que me hagas un favor.

Se quedo callado por unos segundos antes de suspirar y hablar.

— Te escucho...

— Yoru se siente mal, necesita ir al veterinario — tan solo escuchar ese nombre y la palabra «veterinario» le hicieron abrir los ojos con miedo, quizá porque ya tenía una idea sobre de que iba ese favor —. Pero tengo una práctica importante con el equipo en media hora y no puedo faltar ¿podrías llevarlo?

— ¡No! — respondió en puchero hundiendo la cara en el cojín —. ¡Sabes que tu gato me odia! Más bien, odia a casi todos excepto por el doctor Himejima-San y tú, llévalo cuando regreses — aquello hizo fruncir el ceño de Yuichiro, no estando de acuerdo con la respuesta.

— ¡Si pudiera no te lo estría pidiendo tonto! Saldré tarde y el doctor Himejima está hasta las seis, ya lo sabes.

— ¡Ah! Bien — pronuncio resignado —. Solo déjame dormir aunque sea diez minutos y después lo llevo.