Lucifer

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Lucifer levantó su cabeza peluda. Era inconfundible el rugido del motor. O el dueño del chillido agudo.

¡Ella estaba de vuelta!

De pie antes de que sonara el timbre, Lucifer se situó junto a la puerta principal.

Ding-dong... Ding-dong...

El dueño de la casa se acercó a la puerta. Con una mano enorme envuelta alrededor de la perilla, miró hacia abajo a su mascota. -¿Estás listo para esto? ¿Entendiste bien? Porque todo el infierno está a punto de atravesar esta puerta.-

De pie a cuatro patas, Lucifer permaneció alerta.

Cerrojo desatornillado. Bloqueo desbloqueado. El dieño concedió la entrada.

-¡Cachorro!-

Brazos de acero sujetaban alrededor del cuello de Lucifer. Solo los músculos gruesos y el pelaje que rodeaba su garganta evitaban la asfixia. Esta forma de saludo era natural para el más joven de los parientes de la familia Adulkittiporn. Lucifer resistiría. Porque Lucifer era un buen perro. E inevitablemente habría golosinas y caricias.

Nirin besó a Lucifer justo entre las cejas. Había pasado casi una eternidad desde que había visto a su cachorro. En realidad, no era su cachorro. Era el cachorro del tío. Pero el tío pertenecía a nirin, así que era casi lo mismo. -¡Oh, cachorro, te extrañé!-

Lucifer, el cachorro en cuestión, era una mezcla de pastor alemán y rottweiler de cinco años que superaba en peso a la adulkittiporn más joven en más de dos a uno.

-Y a tu tío.- recordó Off. -Tú también lo extrañaste. No lo has visto en más de dos semanas.-

Pasando sus dedos por el pelaje de Lucifer, Nirin sonrió a su tío. Los hoyuelos se marcaron mostrando su hermosa cara. -¡Te extrañé muchísimo, tío! ¡Te voy a dar muchos abrazos!-

Rápidamente tay dio dos pasos por seguridad, mas bien por su seguridad. La última vez que nirin le había dado uno de sus jubilosos abrazos, él tuvo que ponerse hielo en la rodilla durante horas. Él y todos los que conocían a la niña habían adoptado la frase "Aunque sea pequeña, es poderosa".

Frente al amor desgarrador de su única sobrina, tay desvió su atención. -New está en la cocina.- dijo. -Ve a abrazarlo.-

Ante la mención de la presencia de New thitipoom, la sonrisa de nirin se hizo tan grande que amenazó con caerse de su rostro y aplastar a Lucifer. Sus brillantes ojos miel brillaron. Sus hoyuelos eran dos delicados puntos de perfección. Si de repente le brotaran alas y un halo apareciera sobre su cabeza, ninguno de los hombres se habría sorprendido ni un poco.

Nirin libera a Lucifer. Girando sobre sus talones, con los brazos extendidos como las alas de un avión, salió disparada hacia la cocina. -¡Newwie!-

Se fue, en busca del "amigo" de Tay.

-Sabes...- comenzó Off, -hay días en los que me pregunto si en verdad amas a tu hombre.-

Tay se encogió de hombros. -Lo amo tanto como amo al hombre que me quemo las cejas.-

-¡Volvieron a crecer!-

Argh! - Un grito resonó desde la cocina.

Los tres hombres gritaron: -¡La otra pierna!-

Lucifer se volvió y trotó hacia la fuente del sonido.

Mientras colgaba su chaqueta y la de off en el armario, gun señaló: -Creo que rompió a tu novio.-

Los tres hombres caminaron hacia la cocina.

-New no es una muñeca de porcelana.- comentó Tay. -Te sorprendería la cantidad de castigos que ese hombre puede soportar. New es la resistencia personificada.-

Off colocó una mano en el hombro de su hermano. -Por favor... guárdate los detalles para ti.-

Al doblar la esquina, se quedaron paralizados. Nirin colgaba a medio metro del suelo. Al revés. Suspendida por sus tobillos. Lucifer lamió la punta de sus dedos.

Nirin ignoraba cualquier peligro. Su cabello revoloteaba alrededor de su cabeza como una capa. -¡New tuuuu ganasteeee!- ella anunció.

Gun salió en defensa de su hija. -¡Oye, la rompes, la compras! Y no hay reembolsos ni cambios.-

Con cuidado, New bajó a nirin al suelo. Lucifer le lamió la nariz. -¿Cómo estuvo el viaje?-

Off negó vigorosamente con la cabeza. Temía la respuesta de su marido.

Con los dientes apretados, Gun cantó: -La ciudad es nuestra, nuestra, nuestra... La ciudad es nuestra...-

-Esa es mi canción.- gorjeó nirin. -Papi la canta todo el tiempo.-

Nirin se interesó por la cola de Lucifer. Era larga y firme, estaba cubierta de un vello erizado que le hacía cosquillas en los dedos. En ese mismo momento, Lucifer estaba intrigado por las lucecitas a los costados de las zapatillas de Nirin. Brillaban de color rosa brillante con cada paso que daba. Los dos se movían en un círculo constante. Cada uno persiguiendo al otro.

-No es mi culpa.- Gun se lamentó por la mala elección de música de su hija. -Me esforcé mucho en enseñarle el bien y el mal. ¡Pero le he fallado!-

Off palmeó la cabeza rubia de su marido. -¿Has terminado?-

-Sí.- gun se secó una lágrima falsa del rabillo del ojo. -Creo que sí.-

-Entonces arregla tu cara y actúa bien.-

Nirin gritó triunfalmente, -¡Tengo la cola del cachorro!-

Nirin gritó triunfalmente, -¡Tengo la cola del cachorro!-

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Pau🤍

Las crónicas de Nirin •Off-Gun•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora