—Despierta mi amor.
Escuchó el leve susurro a través del sueño. Sentía los huesos como plomo, la cabeza le ardía al igual que el cuerpo entero. El sudor corporal que cubría su piel caía de manera lenta por toda su frente, le dolía las heridas y sentía frío de a rato. No se sorprendería de la fiebre que seguramente tendría, después de todo aquel mugroso lugar poco higiénico era un Iglú en medio del bosque. El olor a hierro era sorprendente, y cuando abrió los ojos se sintió mareado. Le dolía los párpados y le pesaban, ladeó la cabeza confundido.
—Haz dormido tres días feo durmiente. ¿Qué tanto soñabas, Graham?—no pudo evitar cerrar los ojos con fuerza, no podía verlo bien. Sin embargo, la vista borrosa se fue aclarando en una figura marcada. Grande y fornida en músculos y un rostro de mirada cínica, junto con una tierna sonrisa cómplice—. Sabes que a Hannibal no le gustan las mentiras, piensa bien lo que contestas. O ejecutas. No sé cuál de los dos es peor.
—H-Hann-... Hannibal...—susurró por lo bajo, hizo una mueca cuando movió su cuerpo. Ignoró el hecho de verlo concentrado en su pecho desnudo—. Que nombre tan... Estúpido.
Le escuchó reír.
—Qué tierno de tu parte decir lo que piensas, amor mío.—susurró, había cierta maldad en su tono. Y Will se volvió para ver el rostro de su abusador. Hubiera sido un hombre muy atractivo, se dijo, sin embargo tenía esa imperfección en el rostro que marcaba lo que en realidad era: Un maníaco psicópata. Abrió bien los ojos cuando lo observó alejarse, extendió las sábanas y se vio de pies a cabeza desnudo, limpio y dañado. Intentó mover las piernas y un dolor rotundo interfirió al mandato. Observó los cortes profundos cosidos, los rasguños y las lastimaduras limpias y secas. Su piel había vuelto a su color normal y los chupones fuertes a carne viva se marcaban por todo su pecho y cintura para arriba. Por ahora. Cuando intentó levantar los pies el dolor de las caderas y la pelvis lo azotó. Lágrimas saladas resbalaron por sus ojos.
—¿Q-qué es esto? ¿Qué mierda es esto? —levantó la voz asustado, se puso recto y la sábana cayó a sus caderas, el pecho y toda la cintura hasta su cabeza quedó al desnudo. Tenía tanto viejas como nuevas marcas. No eran profundas ni lastimeras, sino que eran chupones.
Chupones rojos y violáceos que se extendían por todo su cuerpo.
Un sonrojo fuerte se presentó en sus mejillas, se tocó los labios. Estaban húmedos, los sentía hinchados. Las marcas del cuello tenían cierto relieve que resaltaba en la lisa piel. Le dolían las piernas y no se atrevía a levantar la sábana para ver lo que se encontraría. Tal vez era sangre. Tal vez fue abusado mientras estaba desmayado. Y no pudo evitar gritar.
—¡Qué significa esto! ¡Maldito!—lo vio ingresar, con el rostro calmado mientras él se retorcía en la cama desesperadamente. Tenía el pulso acelerado y leves lágrimas en los ojos. Hannibal traía consigo una palangana repleta de agua y un trapo húmedo y viejo. Este se quedó quieto—. ¡Eres repugnante! ¡¿Cómo te atreves a tocarme mientras estoy inconsciente?! ¡Cómo puedes maldito abusador! ¡Loco! ¡Estás enfermo! ¡Violador! ¡No te acerques! ¡No me toques sucia escoria!
—Yo no he violado a nadie, cariño.—susurró tranquilo, acercándose de igual manera como si no le importara sus amenazas. Dejó la palangana en un banquito de madera y se sentó en frente suyo—.No te he tocado el ano. Yo no fui si lo crees.
Lo miró alarmado. Rápidamente extendió las sábanas y observó las piernas como las
había visto la última vez. Sin embargo, su pelvis y su entrepierna estaban cubiertos de un líquido blanco y cuando lo tocó notó lo viscoso y pegajoso que era. Abrió los ojos con fuerza—. ¿E-esto es... Semen?—Ah... Hum—comentó ladeando la cabeza—. Ese sí fui yo.
Abrió la boca sorprendido.—Tú...
—Traje agua y trapos húmedos para limpiarlos. —dijo con normalidad. Mojó la tela y la retorció, la dobló con cuidado mientras Wll temblaba. Las palabras les costaba.
—¡No me toques! ¡¡No te acerques!!
—Will...
—¿T-te haz... Te haz venido... Frente a mí? ¿Te masturbaste?—preguntó retrocediendo. Se sentía sucio en verdad. Vio a Hannibal ladear la cabeza, juguetón. Como si la situación no fuera grave. Sin embargo, tenía el rostro serio. Parecía enfadado.
—Me la he frotado en ti—comentó, y Will tembló, los ojos de Hannibal se volvieron de un negro puro. Y una sonrisa se marcó en los labios—. Me la masturbé junto al tuyo. Creí que te distraería del dolor. Perdona si te he llenado todo el cuerpo, pero se me antojaba.
—Estás loco... Completamente fuera de ti. —susurró con los ojos llorosos. Hannibal se levantó y le dio la espalda mientras él sollozaba. Levantó la sábana por completo y pudo ver la pieza inservible de su cuerpo. Jesús...
Se quedó petrificado al verlo. No le dolía tanto, ni siquiera sentía la piel de esa zona. La sangre de las heridas se mezclaban con el semen. Tenía las piernas rojas y su parte íntima estaba calurosa y pegajosa. Ya ni quería llorar.
—Te he puesto cosas-comentó, bebiendo del vaso—. Para que no sientas.
—¿Estás feliz?—respondió—. Te haz aprovechado mientras yo me encontraba inconsciente. Frotaste tu maldito pene en mis partes íntimas. ¿Era eso lo que querías? Perro alzado. Prefiero cortarme la próxima vez.
Hannibal se quedó quieto, y una risa boba salió de sus labios. Tomó una navaja de la mesa y la afiló con otro. Mientras reía. Sus ojos se clavaron en sus manos, en los antebrazos cicatrizados y más tarde en la piel quemada de su rostro. Su mirada oscura lo volvió frágil, desprotegido—. Cuidado con lo que pides, cachorrito.
—Es... Espera, yo...—tartamudeó, sus manos se cerraron con fuerza en las sábanas. Hannibal se acercó cual pantera negra y su corazón se aceleró con miedo—. ¡N-no!
Rápidamente Hannibal clavó la navaja a un lado del rostro de Will cuando este se encogió. El llanto resaltó y ambos quedaron peligrosamente cerca, el chico más joven sollozó, rogando.
—Cortarte las venas es un privilegio para ti, Animal.—rugió, sus ojos negros se convirtieron en el peor infierno para Will—. Lo que tú has hecho no tiene perdón. Y tu sentencia se erradicará el día que tu pútrida alma se hunda con la mía.
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Violencia animal ᪤ hannigram au.
FanfictionHannibal jamás había tenido un concepto de amor. Para él, los besos de sangre eran mucho mejores que los tiernos besos delicados, para él, las marcas, las mordidas a carne viva en los cuellos eran mucho mejores que los chupones, para él la violencia...