Breaking my destiny (Harco)

el niño de los ojos grises

-¡yo no tuve la culpa!- el grito del niño se escuchó en toda la tienda atrayendo a las personas que solo estaban ahí comprando algún juguete para sus hijos.

Con las miradas sobre él, su piel color caramelo se tornó de un color carmín desde las mejillas hasta las orejas gracias a la vergüenza.
tal vez no debió gritar tan fuerte, tal vez no debió entrar ahí y tal vez debió alejarse en cuanto vio el juguete roto, pero el jamás imaginó que lo culparían por algo que él no hizo y ahora no sabía que hacer ya que se había separado de sus padres hace un rato y ellos le dijeron que si se perdía no se moviera del lugar dónde estaba, lamentablemente su curiosidad le ganó y al final entro a esa tienda de juguetes.

-tu mocoso ¿Acaso quieres verme la cara de estupido?- el niño estuvo tentado a decirle que ya tenía la cara de estupido pero rápidamente borró esa idea ya que sus padres le habían enseñado a respetar a los adultos mayores, aunque fueran unos estúpidos.

el hombre de tez pálida y arrugada lo sujetó por el brazo derecho en un agarre fuerte y doloroso, arrastrándolo hacia la caja registradora, el niño castaño forcejeaba con el hombre mientras le gritaba que lo soltará, sus lentes bajaron por el puente de su nariz gracias al movimiento, volviendo a colocarlos con su mano libre en su lugar, miro alrededor desesperado en busca de ayuda de alguna de las personas que seguían observando la escena, pero nadie dijo nada, todos desviaron la mirada y se quedaron callados. Hizo una mueca de dolor y desvió su mirada triste hacia su brazo adolorido que fue soltado con un empujón hacia una silla que se encontraba a lado de la caja registradora.

-¿Sabes lo costoso que es ese juguete? -le pregunto al de lentes que se encontraba con la cabeza baja reteniendo las lágrimas y sobando su brazo, el hombre lo vio con desdén, como si fuera un chicle en su zapato- Ni siquiera sé para qué preguntó, mirando tus ropas y tu falta de conocimiento sobre juguetes mágicos, puedo ver qué eres hijo de algún nacido de muggles - soltó una risa burlesca que sonó más como el sonido de un cerdo. El castaño le lanzó una mirada con odio al viejo, su enojo crecía y la frustración de no poder hacer nada porque era un niño aumentaba.

-mocoso insolente ¡¿CÓMO PIENSAS PAGAR ÉSTO ?!- le gritó al niño quien asustado dió un brinco en su asiento. el no estaba acostumbrado a los gritos y mucho menos a ese tipo de regaños, sus padres siempre fueron buenos con él aunque estuvieran molestos y jamás pensó que alguien podría enojarse de esa forma, la cara del hombre estaba desfigurada por el enojo y ahora tenía un leve color morado en su piel.

Todo paró en un segundo cuando los ojos del hombre se fijaron en su cuello y cuando el niño miró en la dirección en la que el hombre miraba solo pudo entrar en pánico, oculto su cadena de oro blanco debajo de su camisa pero el hombre fue más rápido y la jalo de su cuello de un tirón, solo escuchando un ¡Crak! al romperse.

- ¡DEVUÉLVEME MI CADENA!- le gritó con todas sus fuerzas, los ojos del hombre brillaron con malicia al revisar la pieza de oro y cuando el niño intentó acercarse para arrebatarle la cadena, el hombre lo empujó con su mano de vuelta a la silla - usted no puede hacer eso ¡Es mi cadena! Y lo que hace es un robo- se puso de pie de nuevo y ya sin poder aguantar más, sus lágrimas cayeron. -por favor, se lo ruego- miró al hombre con súplica y este lo miró con indiferencia.

-es un pago por el juguete que rompiste, algo debe de valer está baratija y ahora lárgate, no quiero que espantes a mis clientes- ordenó haciendo un ademán hacia la puerta, el niño no se inmutó y se acercó de nuevo al hombre para intentar quitarle la cadena. Cuando el hombre lo vio intentar hacer un movimiento levantó la mano y justo cuando iba a darle un golpe al niño, el hombre salió disparado hacia una estantería de juguetes, el cuerpo del hombre destruyó por completo los estantes y varias astillas de madera salieron volando en todas las direcciones.