Shane:
—¿Cómo te encuentras Shane?
— Relativamente bien, mamá se despertó con ganas de ir de compras, cocino panqueques y salió de casa con una gran sonrisa. Así que me siente feliz.
— Muy bien ¿Cómo esta la interacción con tu madre?
— Llevo años memorizando lo que le gusta, no muchas cosas me causan genuina felicidad, pero verla feliz es una de las pocas.
— Tu responsabilidad afectiva me sorprende cada día más Shane ¿Estamos al día con los medicamentos para la ansiedad?
— Si.
— Bien echo, ya hemos realizado las terapias correspondientes el día de hoy así que demos por terminada la sesión.
— ¿Ya puedo hacerlo?— Pregunto en un tono neutral que no muestre la más mínima desesperación. El Psiquiatra me observa y una leve sonrisa se dibuja en sus labios— Si Shane, ya puedes hacerlo— Y suelto el aire contenido en mis pulmones para luego levantarme y caminar hacia el estante de libros del consultorio.
— Tu madre debe de ser la más feliz al tenerte ordenando todo por doquier— Comenta el doctor Patrick quién me ha tratado desde muy pequeño.
— Pues, la suya debe sentirse muy frustrada al venir a visitar su consultorio y ver este desastre — Respondo mientras ordenó los libros como se me ha echo costumbre.
— ¿Percibo burla acaso?— pregunta dejando escapar una risa ronca — Me atribuire este logro por ser un buen psiquiatra.
— La constante adulacion nos puede hacer mediocres Dr. Patrick.
— Oh, hemos amanecido un poco guasones hoy, muy bien ya deja de ordenar y ve a casa, no eres mi único paciente... Gracias a Dios— Dice en un intento de broma.
— Hasta luego Dr. Patrick— Me despido luego de agarrar mi bolso para salir de el consultorio.
En el camino a casa me coloque mis auriculares como de costumbre y me dispuse a disfrutar de la música para minimizar los ruidos externos. Lo que más me gusta de escuchar musica es concentrarme en los tiempos, siento como mi corazón quisiera unirse a casa caída de bajo o batería, me hace sumergirme tanto que incluso me olvidó de la acción que estoy realizando y cierro los ojos como ahora, ¿Lo malo? Aunque quisiera no soy el único que anda por las calles y menos a horas del medio día. Ya que estaba con los ojos cerrados y ensimismado en mis pensamientos me he tropezado con alguien sorpresivamente.
— ¿ Podrías fijarte por dónde vas?— pregunta el chico con quién me he tropezado. Al abrir los ojos noto que estoy al frente de un local d cómoda rápida y que el chico al frente de mí me mira con extrañeza mientras sostiene un café y unas bolsas de lo que asumo acaba de comprar, puedo notar también que se a votado un poco de café ensuciando su chaqueta.
— Lo lamento — Me disculpo quitándome los auriculares volviendo a la realidad de golpe. Y al observarlo con detenimiento puedo notar que su rostro me es conocido, ojos oscuros, piel morena, cabello negro azabache con pinceladas de un azul eléctrico muy notable. El parece observarme un momento y luego sonríe con petulancia.
— ¡Oye! Yo te conozco — Afirma fijando ahora sí mirada a la carretera donde ahora noto hay un Jeep azul estacionado con 2 chica y 1 chico más en el y de inmediato noto esos cabellos morados que algún día fueron rubios. Claro me había tropezado con el novio de mi vecina — ¡Mira Evans! Es el rarito de tu vecino— Dice con efusividad y Evans voltea con cara de horror.
— Cállate Félix— le ordena a su novio— Ese termino es despectivo— Le responde sin mirarme.
— Ay vamos, si tú misma nos contabas que este ratito te acosaba mirándote por su ventana— Dice riéndose a carcajadas mientras yo intento contener mi ánimo con lo recién dicho— Eres un enfermito acosador¿He? Espero que ya no lo hagas por qué es mi novia— me dice acercándose mucho a mi y no creo poder soportar mucho está situación.
— ¡Felix ya callate y entra al auto! déjalo en paz— Grita Evans mientras la chica atrás se ríe y el otro chico nos mira extrañado.
— Ya basta men, déjalo en paz es retrasado— Dijo ahora el otro chico en un gesto de fastidio.
— Muy bien, vámonos — Respondió Felix para para luego montarse en el auto.
— No soy retrasado— Respondí sin poder evitarlo antes de que se fueran. Todos voltearon con cara de sorpresa y me observaron.
— ¿Que?— Pregunto Félix
— No soy retrasado, soy Asperger — Respondí Mirándolos por primera vez.
— Claro viejo— Respondió rodando los ojos para luego arrancar el auto.
Al llegar a casa luego de comer decidí a costarme a dormir, era difícil de explicar como un encuentro social podía agotarme tanto, cuando me prepara con anterioridad podía soportarlo sin mucho problema pero cuando sucedían como hoy sorpresivamente me agotaban más de lo habitual. Pero era un alivio que mis terapias ayudaran progresivamente ya que podía manejar este tipo de situaciones con más sencillez.
No era la primera vez que me tildaban de raro o me llamaban retrasado, Por eso mismo mamá no me deja ir a la escuela es su totalidad, solo voy 2 veces a la semana y el resto son clases en casa. Desde pequeño me hicieron bullyng y mamá sufría a tener que irme a buscar al colegio por qué había sufrido un ataque de pánico debido a los malos tratos de mis compañeros. Pero gracias a las terapias lo puedo manejar mejor.Lo que si había sucedido por primera vez hoy era la mínima interacción con ella, Evans. La chica de la bicicleta.
Nota de la autora:
¡PA PA PA PAM! Nuevo capítulo acá después de mucho tiempo ¿ Por qué? Por qué si. Esta es una historia que me genera mucho amor al pensar en su trama y ahora que tengo compu nueva espero de verdad avanzar en ella. Un abrazo de amigazazo a toda aquellas personas que han pasado por el bullyng alguna vez, sea por la razón que sea. Y si tú estás en esa situación ¡Háblalo! El silencio no es la mejor arma en estos casos. Los amo de aquí a la luna y de regreso.
Besos 💋 Poet
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La chica de la bicicleta
Teen FictionEvans es una chica muy alegre que vive cada instante de su vida como si fuera el último,le gusta salir hacer amigos y divertirse lo que no sabe es que su vecino el introvertido conocido como el "raro" la cree lo más bonito que a visto por eso se lev...