❛ 𝑰𝒇 𝒃𝒚 𝒄𝒉𝒂𝒏𝒄𝒆◞ - 𝓡𝓲𝓶𝓵𝓪𝓲𝓷𝓮

the other side of paradise

 "Curled up in a grip when we were us
Fingers in a fist like you might run
I settle for a ghost I never knew
Super paradise I held on to
But I settle for a ghost"

✧;

Con una mirada severa en su rostro, Verlaine se dio la vuelta y dio varios pasos en la otra dirección mientras se proponía seguir adelante con esto.
Ya sea con el consentimiento del otro o no.

Cada palabra que había dicho había sido cierta. Así era como realmente se sentía, y no obligaría a otro niño inocente a pasar por esto aunque podría haberlo evitado.
Cuando estaba a punto de usar su habilidad para escapar, sintió un firme agarre en su brazo, lo que hizo que Verlaine hiciera un movimiento rápido para alejar a Rimbaud de una patada. Con la ayuda de su manipulación de la gravedad, fue enviado a un par de metros de distancia al suelo.

"Paul, por favor..." Rimbaud tosió con una mano tapándose la boca debido al polvo que se levantó cuando se deslizó por el suelo, mirando a su compañero con sorpresa e incredulidad.

"No cambiaré de opinión", lo interrumpió Verlaine, su voz aún distante y fría.

"Tendrás que matarme para lograr eso".

Ni siquiera había terminado toda su oración cuando el otro en el suelo negó con la cabeza rápidamente, abriendo un poco los ojos ante la idea de hacerlo. No sería capaz de matarlo. Tampoco quería.

"No te mataré", volvió a toser Rimbaud al inhalar partes del polvo, lo que le provocó lágrimas en los ojos por las molestias que le provocaba en los pulmones. Aún así, logró obligar a su cuerpo ligeramente tembloroso a levantarse al menos a cuatro patas.

"Eres mi compañero... Ni siquiera lo pensaría". Aunque sus palabras eran genuinas, se encontraron con la mirada amarga y sin emociones de Verlaine.

"Pero yo podría." Verlaine respondió con frialdad mientras sacaba su arma, apuntándola a la cabeza del otro sin cambiar su expresión en lo más mínimo.

Los ojos de Rimbaud se abrieron de nuevo mientras respiraba demasiado rápido por el mero shock y terminó tosiendo unas cuantas veces más. Sintió como si alguien le estuviera arrancando las entrañas y metiéndolas de nuevo por la boca, dejándole un sabor amargo en la lengua.

Mientras miraba el cañón del arma, pudo sentir que los latidos de su corazón se aceleraban, un dolor atravesándolo además de eso.
Esto era algo en lo que sus peores pesadillas ni siquiera se atrevían a pensar.
Después de todo, este era su compañero de varios años. La persona que conocía lo respaldaría en una misión y en quien podría confiar en todo momento.

A pesar de haber pasado días difíciles, o incluso semanas, cuando Verlaine llegó por primera vez al centro de investigación, siempre se las habían arreglado.
Rimbaud se había propuesto hacer que Verlaine se sintiera lo más cómodo y humano posible, pero tal vez el otro no se había dado cuenta.
¿Era así en este momento realmente cómo moriría? ¿A manos de alguien que Rimbaud creía que se preocupaba por él tanto como él?
Pero tal vez ese destino no sería tan malo. Si el de Verlaine era realmente el último rostro que iba a ver antes de su muerte, posiblemente también podría ser de su propia comodidad.

Ya cerrando los ojos desde que había aceptado su destino, Verlaine dejó escapar un ligero bufido y arrojó el arma al suelo a su lado como si se estuviera rindiendo.

"Solo sal de mi vista, Arthur". Dijo amargamente el rubio y se corrigió el sombrero, yendo a dejar que los trabajadores de la instalación lo sacaran.

"¡Espera por favor!" Rimbaud lanzó un grito y se puso de rodillas, arremetió contra él y agarró con fuerza el extremo del abrigo de Verlaine.

"¡Tienes razón! ¡Tienes razón!" Su agarre se hizo un poco más firme a pesar de que todos sus músculos y los huesos de la parte superior de su cuerpo se sentían como si estuvieran en llamas por la caída.

"Nunca pude entender cómo te sientes o por lo que has pasado antes de que nos conociéramos", su mirada estaba baja mientras hablaba, casi como si estuviera avergonzado de sí mismo.

"Estoy tratando de entender tu mente, ¡lo he estado haciendo durante meses! Sin embargo, sigo fallando y tú pareces alejarte un poco más con cada semana que pasa, Paul. Supuse que veías el centro de investigación como tu hogar, no como una prisión. Ahora sé lo equivocado que estaba..." Sus pulmones comenzaron a dolerle de tanto hablar con su garganta seca, dejando escapar una fuerte exhalación.

"Te lo ruego, Paul. Déjame demostrarte que realmente digo lo que digo y que solo quiero lo mejor para ti también".

Verlaine lo miró, sin moverse ni una pulgada a pesar de que ya había escuchado a los trabajadores de la instalación gritando para encontrarlos a los tres.
Con toda honestidad, no estaba seguro de si ceder a las palabras de Rimbaud y creerle esta vez.
Su compañero había estado tan obsesionado con esta misión y lo agradecido que estaría el llamado 'Prototipo A2-5-8' por traerlo allí.

Él mismo nunca estuvo de acuerdo con esta última afirmación. Todo lo que cambiaría sería la gente.
Chuuya aún tendría que soportar todo tipo de pruebas y entrenamientos para 'mantenerlo bajo control'.
¿Cuándo terminaría este círculo? Esta no era una vida que valiera la pena vivir si todo lo que eras capaz de ver eran hombres y mujeres extraños con ropa blanca de laboratorio, en cuartos blancos, solos.
Si Chuuya pudiera ser una onza más feliz de lo que había sido Verlaine, ya valdría la pena.
En lugar de habitaciones en blanco, estaría viendo el césped en los terrenos, cómo cambiaba el clima en diferentes momentos del día y cómo se sentiría realmente vivir.
No simplemente existir.

Verlaine tuvo que tomar una decisión. Rápidamente.

"Entonces únete a mí". Las palabras de Verlaine ya no eran tan frías o amargas, casi demasiado tranquilas en comparación con la forma en que solía hablar.

"Paul, yo..." Rimbaud frunció el ceño mientras miraba al otro alambique y abrió los ojos por tercera vez. Lo había dejado todo por el centro de investigación en Francia. Toda su familia creía que estaba muerto. Al igual que sus viejos amigos. ¿Y ahora que todo podría ser en vano?
¿Pero Verlaine era realmente equivalente a 'nada'?

"Únete a mi." Repitió el rubio, extendiendo su mano libre en dirección a Rimbaud para que él la usara como apoyo para ponerse de pie por completo.

"Si no te termina gustando siempre puedes irte y volver a ser como antes. Pero no lo haré. Seguiré adelante con esto, ya sea contigo o sin ti".

Rimbaud tragó saliva, sus ojos fijos en la mano de Verlaine por un par de segundos mientras su cerebro intentaba entender todo lo que estaba pasando en ese momento.
Todavía estaba confundido. Hace un par de minutos, el otro casi lo mata, entonces ¿por qué cambió de opinión ahora?
¿Sería realmente como pensaba Verlaine? Apenas tenía experiencia viviendo fuera de las instalaciones, no había forma de que pudiera manejar eso solo.

Con un movimiento vacilante, Rimbaud agarró su mano y se levantó y dejó escapar un gemido de dolor, apretando los dientes para ignorar el dolor agudo que estaba experimentando.

"Vámonos entonces antes de que seamos desollados vivos". Tosió y sonrió levemente ya que necesitaba un momento para equilibrarse adecuadamente mientras el mundo giraba frente a sus ojos.

Verlaine pareció sorprendido al principio antes de ser capaz de reaccionar ante la situación.

"Está bien." Él asintió y puso su brazo libre alrededor del costado del otro para sostenerlo, mirando a su alrededor por un momento cuando parecían estar siendo acorralados por los trabajadores de las instalaciones.

"¿Confías en mí, Rimbaud?"

"Con mi vida."