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Era un linda mañana, los hermanos Blake iban caminando tranquilamente hacia la escuela, cuando a una cuadra de llegar, se les unió Robin, quien corría para alcanzarlos.

—¡Finn, Gwen, alto! — les gritó, por fin llegando a su lado —

En cuanto Robin llegó a su lado paso uno de sus brazos por los hombros de Finney, dándole un medio abrazo. Eso le saco una sonrisa al rizado, quien lo saludo justo después.

—Oye, ¿vas a venir a mi partido hoy? —

—¡Por supuesto!, no me lo perdería, te llevaré tus dulces favoritos —

A su lado, Gwen, solo los veía con cariño. Ya era normal para ella ver el cariño que se tenían su hermano y Robin.

Después de unos minutos de caminata pudieron divisar la escuela algo cerca, lo que hizo que, Robin, gritara "carrera", empezando a correr, la de trenzas le siguió el paso de cerca -porque Finney quería guardar energías para el partido-. Lo que terminó en una Gwen ganando por ponerle un puntapié al latino cuando vio que estaba a punto de llegar, dejando al rizado en segundo lugar, ya que el de bandana seguía en el piso, sobando su codo ir se había raspado al caer.

—Eso es trampa — murmuro — ¡Tramposa! — exclamó, apuntando en su dirección —

—No se de que me hablas — fingió no saber — ¿verdad Finney? —

El nombrado -quien estaba rebuscando en su mochila su botiquín- vio en la dirección de su hermana, negando con la cabeza mientras soltaba una pequeña risa.

—Pues yo si vi lo que pasó — dijo, acercándose al moreno —

—¡Ja!, Finn está de mi lado — le saco la lengua a la única chica —

Gwen le saco la lengua de igual manera, empezando otra de sus estúpidas, pero tiernas -según Finney- competencias.

Finney por otro lado le curaba el codo a su mejor amigo, recibiendo algunas quejas por el ardor.

— Agradece que te estoy ayudando — con eso, el más alto de los tres guardo el botiquín en su mochila —

El castaño se paró del suelo ayudando su contrario a pararse de igual forma, caminando cerca de Gwen, quién seguía compitiendo con Robin.

Los tres parecían indiferentes a la atención que recibían por parte de algunos alumnos que se encontraban llegando a la escuela o que simplemente aún no querían entrar.

—Ya dejen de pelear, o lo que sea que están haciendo — rió — debemos entrar a clases, no quiero otro reclamo de la maestra — se quejó mientras empezaba a caminar a la entrada de la escuela — 

Ambos jóvenes soltaron una afirmación, dejando de pelear al instante y encaminándose hacia la escuela.

Entraron a paso medio rápido, ya que en menos de un minuto tocarían la campana. Después de caminar un rato por los pasillos, llegó el momento de separarse, Finney y Robin debían ir a la clase de historia y Gwen debía ir a su clase de ciencias. Quedando por juntarse en el receso.

—Nos vemos en el gimnasio — les dijo, despidiéndose —

—Nos vemos — le respondió el más alto despidiéndose también — vamos Rob —

El más bajo lo tomo de la muñeca y empezó a caminar cada vez más rápido a la clase que les tocaba. Tropezando un par de veces hasta llegar a su destino.

—Mierda.. ¿Te encuentras bien, principito? — le pregunto en cuanto vio el estado de su mejor amigo —

Finney, quien se podía ver tenía el cabello desordenado por la ¿carrera? -si es que así se le puede llamar- Improvisada y respiraba con dificultad, culpa de que el latino no le aviso que correrían. Este se soltó del agarre del más bajo y volvió a abrir su mochila, buscando que cierta bolsa con postres no le haya pasado nada, en cuento vio que estaba bien, la tomó y se la entrego al contrario.

—¿Estos son mis cupcakes? — inquirió con cierto brillo en sus ojos —

—Así es, y te haré muchos más para mañana si no vuelves a arrastrarme por toda la escuela — le respondió con una sonrisa "amable" — ¿Entendido? —

—Sí cariño ya entendí — respondió de igual forma con una sonrisa nerviosa —

Sin decir otra palabra, el rizado se arregló algo el pelo antes de entrar al salón, siendo seguido por el moreno.

[Salto de tiempo... hora: 6:25 pm, ya en el partido de béisbol de Finney]

Finn se encontraba en posición, listo para lanzar la bola. Lo hizo, consiguiendo un strike para su equipo. Desde las gradas Gwen y Robin lo animaban a toda voz. Una chica igual lo veía emocionada.

Volvió a lanzar la bola, consiguiendo un segundo strike. Sonrió orgulloso de si mismo. Vio como el bateador del equipo contrario se frustraba, lo que hizo sentir mal al rizado, distrayendo se un poco.

Lanzó por tercera vez la bola. Está vez el bateador logro su cometido, ganando la victoria para su equipo. Ahora era el turno de, Finn de frustrarse.

Había acabado el partido, y el equipo del de ojos marrón oscuro perdió. No lo culpaban, bueno... al menos no en voz alta.

Los equipos se estaban despidiendo, y, Finn, fue interceptado por el bateador.

— ¡Oye, numero 3! —

Finney se acercó al chico de cabello negro con curiosidad, esperando que no se burlara de él como los demás.

— ¿Si? —

— Me impresionó tu brazo, casi me ponchas — el le sonrió al más bajo —

El de rulos se sorprendió un poco por su amabilidad, con una sonrisa le agradeció al más alto. Ambos quedaron en practicar juntos algún día.

— ¡Nos vemos, Finney! —

— ¡Nos vemos, Bruce! —

Ambos después de despedirse se van en diferentes direcciones.

[Salto de tiempo... Hora: 6:31]

Se veía a, Bruce andar en su bicicleta por las calles de Denver, se dirigía a su hogar, él había decidido dar un pequeño paseo antes de ir a celebrar con su familia y los chicos del equipo.

— Hola, Bruce —

El nombrado sonrió en dirección a las chicas que habían pasado por la desierta calle.

Pero su sonrisa se va desvaneciendo al ver una misteriosa Van negra pasar por la calle donde el estaba.

Al parecer, Bruce no podría festejar con su familia, no hoy.

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⏰ Última actualización: Jul 23 ⏰

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