[Capítulo 2]

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3

Se habían conocido durante las vacaciones de primavera, en la iglesia, vaya lugar.

Su fe se había concentrado  en conocer a alguien con quien compartir su vida, justo como su madre lo hubiera querido, oh su madre, su madre, esa mujer que lo lastimó tanto.

—¿Habéis visto aquel osito?— pregunto de pronto a Gordi, el rosado se había exaltado, preguntado de vuelta a quien se refería.—Venga hombre, aquel, ese de camisa blanca.

Gordi se pregunto de inmediato porque a su hermano le interesaba tanto aquel desconocido. Pero no le dio relevancia.

—Oh, si, ese. ¿Lo conoces, Azulin?.
—No, pero quiero conocerlo.—confesó de inmediato.

La misa termino entonces.

Azulin no dejo de mirar a ese osito durante los últimos minutos. Se dibujó una cruz en el pecho y dijo "amén" aún teniendo su vista en aquel desconocido, estaba sentado a unas bancas de la suya.

Por un momento el extraño lo miro de vuelta y pudo vislumbrar un hermoso color púrpura en sus ojos.

Se moría de ganas por verlos más de cerca, esos ojos, sus manos que estaban sobre su pecho, de brazos cruzados.

4

La segunda vez que coincieron fue en el centro de la villa, Azul se encontraba con su hermano haciendo las compras.

Mientras Gordi buscaba algunas cosas con lista en mano Azulin se encargaba de cuidar el carrito con ya algunas cosas dentro, por un momento le pareció cruzar la mirada con esos ojos púrpura de nuevo, pero lo asoció a un error y siguió tras su hermano, caminando por los pasillos interminables del lugar.

—¡Ey!— escuchó de pronto, parando en seco.

Miro hacia al frente para encontrar con que había chocado a alguien.

—¡Le pido disculpas!— se avecina Gordi, tomando el carrito por un lado
—Ey, no pasa nada, tranquilos. Me han tomado por sorpresa, eso es todo. No quise asutaros

Azulin no supo que decir o hacer durante el breve instante que su hermano platicó con aquel oso.

Era él, era el mismo oso de la iglesia.

—¿Como te llamás?— pregunta de repente, sin tampujos ni mucho menos.
—Oh, yo me llamo Coco. —respondio con cortesía — ¿Y con quién tengo el gusto? 
—Yo soy Gordi y el es mi hermanito-
—Azulin.— interrumpió.

Coco sonrió entonces y Azulin , oh, el se derritió con esa sonrisa.

—Pues bueno, yo me retiro, hasta luego amigos .

Se retiró sin más, con ambas manos en las bolsas del pantalón.

Y a Azulin se le estrujó el corazón.

5

Para Azulin no era nada extraño interesarse en aquel oso, en un principio pensó en que podía ser simple curiosidad. No había nada más que lo atase a ese tipo.

—¿Qué me has hecho Coco? —se pregunta constantemente. —¿Por qué llamas tanto mi atención?.

Pronto dejaría de hacerse aquella pregunta con tanta frecuencia, pues tenía que hacerse cargo de arreglar algunas cosas antes de alistarse al campamento.

Y ahí, en el campamento le esperaba una sorpresa.

Una gran sorpresa.











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⏰ Última actualización: Sep 21 ⏰

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