Solamente 23

Memorias rotas

Miro hacia el pasado y no reconozco a la persona que vaga por aquellos fragmentos de recuerdos olvidados que se mantiene tratando de encontrar el camino correcto entre tanto caos que carece de sentido alguno por lo borroso que es. Soy alguien cuya memoria es como un puñado de arena entre las manos, sin importar cuanto intentes sostenerla en algún momento se escapará de entre tus dedos dejando únicamente pequeños granos que no pudieron escapar con el viento. La mala memoria ah sido mi compañera en la vida manteniéndome incapaz de retener aquellos recuerdos que dan forma a mi vida, una carga que he llevado conmigo desde que tengo conciencia.

Desde mi corta edad, pude notar que mi memoria no era como la de todas las demás. Mientras mis compañeros de clase podían recordar nombres, fechas e incluso detalles insignificantes, yo batallaba por no perder cualquier recuerdo de mi mente. La frustración se volvió una de mis compañeras mas cercanas ya que siempre iba a mi lado persiguiéndome en cada momento que mi memoria decidía fallar.

La falta de recuerdos se convirtió en una barrera entre las demás personas y yo. Me sentía atrapada en un laberinto de olvido, alejada cada vez mas de aquellas historias y lazos que dejan un bello recuerdo en cada momento importante de la vida.

Las risas que compartí los problemas y las anécdotas, todo parecía escapar de mi mente como un sueño olvidado al despertar. En ocasiones, he fingido recordar cuando me han mencionado bellos momentos que debería guardar en mi memoria, por mas que lo he intentado solo recuerdo algunas pequeñas cosas o a veces simplemente nada, suelo asentir a los demás con una sonrisa fingiendo que se de lo que me hablan. Sin embargo, muchas veces ni siquiera se si realmente paso aquello.

Se que mi memoria me hace diferente, pero eso no trajo más que problemas a cualquier lugar al que fuera. No es fácil vivir en un mundo en donde se valora la memoria como una cualidad distintiva. La sociedad suele despreciar muchas veces lo que no puede comprender y aun si hay máscaras falsas disfrazadas de empatía no habrá más que un enorme lobo enojado tras de aquello. Mi mala memoria ha sido aquella espina que me ha acompañado a lo largo de mi vida. He sentido el peso del ser juzgada y las expectativas de los demás, como si lo que valiera se redujera a mi capacidad de recordar.

Pero aun a pesar de que mi memoria falle, mi alma lucha sin descanso. A pesar de las tormentas en mi camino, he logrado sobrevivir a la innumerable cantidad de rayos que iban hacia mí. Aun si es a través de pequeñas notas escritas, historias o un simple momento de recuerdo, eh aprendido a plantarle frente a mis limitaciones que amenazan con destruir mi vida día con día.

Mi mala memoria pudo haberme hecho sufrir durante años, pero aun si mi único método de recordar era confiar en palabras escritas gracias a aquello he podido valorar el presente y apreciar las pequeñas cosas que la vida me ha regalado. Mi mala memoria me ha hecho sufrir, pero también me ha enseñado la importancia de la empatía y la compasión.

Mi vida con el pasar de cada segundo se convertía en un duro infierno difícil de combatir. Aunque no destaque en muchas cosas y mi existencia se base en una colección de varios e insaciables recuerdos rotos, sigo adelante, con la certeza de que mi valor como personas es mucho mas alto y va mas allá que solamente la memoria.

Mi batalla no siempre fue principalmente contra mi memoria, existía un ser oscuro en mi vida el cual constantemente me atacaba por no recordar al mismo nivel o ser superior al suyo, después de un tiempo se unió mi mente a la batalla y como aliado tenia al espejo que mantenía a mi reflejo en él, una batalla y solo un simple ganador, tal vez gane o tal vez pierda, aun no es el resultado final del combate. 

Esta historia a penas comienza, o quizá termine más rápido de lo esperado.