Los enigmas del amor

me gusta tu sonrisa

—espérate, dale una pausa, me estas diciendo que hay personas nuevas en tu vida

—así es, muchas personas nuevas, mis dos hermanos, mi padre, mi madrastra, mi prometido, su hermano y madre

—¿cómo planeas confrontar este nuevo cambio en tu vida? - doy un sorbo a mi bebida

—creo que normal, puedo hablar con Dylan, es el mayor de mis hermanos tiene una personalidad muy parecida a Ciro pero al parecer no le caigo bien a Ciro o piensa que soy una molestia, no me soporta pienso que con ellos puedo acercarme pero no tanto aún los veo como una amenaza, mi padre definitivamente solo hablaré lo que es necesario

—¿qué tal con tu madrastra?

—no la conozco y por el momento no quiero acercarme tanto a ella

—¿tú prometido?

—no se que haré con él, en poco tiempo compartiré una vida a su lado

—deberías tratar de llevarte bien con él

—no lo conoces, es muy ¿serio?

—trata de conocerlo, te hará bien, salgan juntos

—bueno nosotros saldremos a cenar está noche

—es un buen paso pero ¿estás bien en cuanto a estar rodeada de personas?

—no había pensado eso

—¿él sabe de todo esto y tu astropofobia? - niego - deberías decírselo Esther

—tampoco es como si le tuviera tanta confianza como para decírselo, además como le dire, oye Damián sabias que tu prometida le tiene miedo a las personas, no puedo decirle algo así

—no se lo dirás así, puedes decirle que prefieres estar con pocas personas, te gustan lugares íntimos sin tanto escándalo

—creo que se lo diré después cuando pueda hablar sin insultarlo - Milán solo se masajea el entre cejó creo que tratando de tener paciencia

(...)

Colocó los últimos retoques en mi maquillaje para poder bajar a la sala y esperar a Damián

Me siento en el sofá y me quedo viendo todo a mi alrededor lleno de recuerdos de mi madre y míos

—¿a dónde vas? - la voz de mi padre hace que salga de esa pequeña burbuja que era solo mía

—iré con Damián a cenar

—la próxima vez avisa, en esta casa no puedes hacer lo que quieras

—si no quieres que valla solo dilo y no iré

—no, puedes ir, te hará bien pasar tiempo con Damián - sin más se va dejándome sola 

Mi mirada va a donde hace unos minutos mi padre fue, no ha cambiado la manera tan cortante y distante en la cual habla y se comporta conmigo ¿acaso no ve todo lo que he logrado? Solo quiero que me preste un poco de su atención y me deje de ver como alguien inservible

—señorita, el Joven Damián ya la espera - asiento

Miro todo una última vez para emprender mi camino hacía la salida, al salir encuentro a Damián con el traje que diseñe hace unas horas

—se te ve bien - halago - el color te sienta un poco bien

—no suelo usar el color vino pero al menos es oscuro y me gusta

—¿dices que vale la pena haber gastado un millón por él?

—vale cada centavo - sonrió

—me alegra que te guste Damián lo hice pensando en tu personalidad