⊰⊹ 03: La astucia del diablo

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Con el cuerpo rígido por la rabia, se apresura a salir del auto para ir hacia el lado del copiloto y abrirle la puerta a BeomGyu. Sus uñas se clavan en la piel de su muñeca cuando la agarra para tirar de él bruscamente y sacarlo del auto. BeomGyu se queja en voz alta, pero TaeHyun ya no quiere caer en su trampa.

Sin importarle realmente si BeomGyu pierde el equilibrio, lo coloca frente a él y posa sus manos sobre sus caderas por debajo de la ropa para empujarlo y hacer que avance con él hacia la entrada de la casa.

—Voy a besarte, BeomGyu —habla justo sobre su oído, agachándose un poco hasta alcanzar la curva de su cuello y sus hombros para dejar un suave beso falsamente inocente en esa zona—. Deseé hacerlo desde que te vi.

Esa confesión se escapa de su boca antes de que pueda procesarlo, y se arrepiente al instante, pues puede sentir contra su torso la repentina tensión BeomGyu. Él mismo aprieta la mandíbula con fuerza mortal para evitar morderse la lengua por mero autocastigo.

El tintineo de las llaves chocando entre sí se oye fuerte porque su mano está temblando cuando la acerca hacia la cerradura. No comprende por qué de pronto se encuentra tan nervioso, pero trata de disimular al besar con más insistencia el cuello de BeomGyu, sintiéndose agradecido cuando percibe cómo sus hombros van perdiendo dureza.

La puerta de la casa por fin se abre. Lo empuja dentro sin delicadeza en absoluto, pero sin soltarlo, aferrado a la afrodisíaca sensación de la suave piel de la cintura de BeomGyu contra sus manos al fin, algo que esperó durante meses y no puede despreciar en absoluto. Cierra detrás de él con una patada y no pierde tiempo para unir de nuevo la espalda de BeomGyu contra su torso. Su propia necesidad de contacto lo delata al no poder contenerse a restregar su creciente erección en el trasero respingón de BeomGyu, buscando un poco de alivio al deseo que ha estado acumulando por él.

BeomGyu suelta un jadeo de sorpresa, pero su cuerpo de relaja más de inmediato, satisfecho por lo que está recibiendo, pero ansioso por obtener mucho más. Su cabeza se inclina un poco para darle más espacio a TaeHyun a modo de invitación para que explore todo lo que quiera. No le dirá que la zona más sensible es detrás de sus orejas, le va a dar su tiempo para que lo descubra por sí mismo; no está apresurado por acabar rápido, tiene todo lo que resta del día para disfrutar de lo que ha estado anhelando durante meses.

—Voy a tocarte... —La mano traviesa de TaeHyun empieza a subir hacia su cintura, donde acaricia casi con cariño para luego seguir su camino por su torso, donde su dedo índice no tarda en encontrar el tierno botón que resalta debajo de la tela—. Vas a ser obediente y tomarás todo lo que te dé, BeomGyu.

La orden es clara; su voz, exigente; y su presencia, demandante, y parece alcanzar a BeomGyu correctamente, pues se sacude levemente y se queda quieto; sin embargo, TaeHyun es quien no queda del todo convencido con sus propias palabras. Tener a BeomGyu a su merced de esa manera después de todo su esfuerzo debería ser lo más excitante que jamás podría presenciar, pero, en cambio, la preocupación lo paraliza, y no sabe si su mente se pone en su contra o a su favor cuando trae el pensamiento de que BeomGyu simplemente no es capaz de negarse en este momento y por eso está siendo tan sumiso.

¿Acaso está siendo demasiado duro con él?, ¿está yendo demasiado rápido?, ¿siquiera debería estar haciendo esto?

Sus manos caen hasta solo rozar la cadera de BeomGyu. La duda le atraviesa el pecho. No sabe si debería continuar, porque no está dándole muchas opciones a BeomGyu, que digamos; no obstante, cuando se atreve a girarlo un poco, con gentileza causada por la culpabilidad, para mirar su rostro, el alivio llega a él como una ráfaga de brisa fresca en un día caluroso. Es la primera vez que BeomGyu no parece asustado o mortificado en algún nivel estando con él, incluso parece entusiasmado cuando lo mira con pupilas inquietas y falla en ocultar su sonrisa. Eso le da el impulso que necesitaba para seguir mientras, para calmarse a sí mismo, piensa en que, si BeomGyu realmente no quisiera esto, no habría permitido que él lo llevara hasta ahí en primer lugar.

Devil & Demon | TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora