⊰⊹ 04: TaeHyun, un demonio enamorado

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-Maldición, ¡sólo fóllame! -gruñe BeomGyu entre lloriqueos.

Su erección comienza a doler y su entrada está palpitando a la nada; necesita una liberación, así que está dispuesto a perder esa parte de su dignidad para conseguir lo que quiere. Ya ni siquiera le interesa su estúpido papel de mojigato, lo único que le importa ahora es disfrutar de TaeHyun y ya.

Grande es la sorpresa de TaeHyun ante esa petición indecorosa, pero más grande la ira que le trae lo que ello implica. BeomGyu estuvo fingiendo desde el principio, lo engañó, lo engatusó a su antojo, y él estuvo atrapado en su trampa todo el maldito tiempo como el más idiota de los crédulos.

De pronto, tiene ganas de despedazarlo, de destrozarlo hasta dejarlo completamente arruinado, rogando piedad y misericordia que él, para su propia desgracia, le daría sin dudarlo.

-Quítate la maldita ropa -ordena con los dientes apretados, sin poder reconocer la dirección de la furia que lo abruma de repente, pero dispuesto a desfogarla en BeomGyu.

BeomGyu se estremece mientras obedece gustoso a esa grave voz imperativa que tanto le encanta.

-En cuatro y cara sobre la almohada.

Todos sus miembros están temblorosos como gelatina mientras trata de perder tiempo valioso, sin embargo. Es TaeHyun quien, con un golpe descuidado de su rodilla contra la parte interior de sus muslos, abre sus piernas mucho más cuando se coloca detrás de él. El dolor lleva rápidamente y BeomGyu aprieta los dientes para no dejar escapar ningún sonido que delate lo mucho que le gustó esa muestra de autoridad.

-Uhm, TaeHyun... -ronronea entrecortado, su cabello desordenado esparcido sobre la almohada.

El mencionado entrecierra los ojos, incrédulo con lo sinvergüenza que resulta ser BeomGyu; no obstante, aunque ahora sabe que los golpes no son realmente tomados como castigo por BeomGyu, no piensa privarse del placer de maltratarlo un poco. Acaricia las mejillas de su trasero, disfrutando de la suavidad de la zona ya enrojecida, para luego volver a estrellar su palma allí, una y otra vez en ambas, esperando sentirse satisfecho en algún momento, pero los sonidos, semejantes a los cantos de un ángel, que BeomGyu produce después de los choques de su mano contra su piel no hacen más que incrementar su hambre de él y de obtener mucho más de esos musicales pedacitos de gloria.

Tras cada una de las palmadas, el pene de BeomGyu se sacude en aprobación, emocionado por la adrenalina que el dolor dispara a través de su torrente sanguíneo, lo cual lo desconcierta en un nivel preocupante.

Normalmente, él es quien lleva el control de las cosas, porque prefiere hacer las cosas a su manera y seguir su propio ritmo, además de que odiaba tener que someterse ante alguien. Es la primera vez que, en un momento tan íntimo como este, le agrada solo recibir lo que le dan y, en especial, sentirse vulnerable, pero no puede negar que es TaeHyun quien influye casi completamente en ello, porque sabe que, en caso de tratarse de otra persona, no estaría cómodo en absoluto. Aunque no sabe si eso es bueno o malo, en realidad.

-TaeHyun, por favor -lloriquea cuando sale de su breve lapso de angustia debido a sus pensamientos. Arquea más la espalda con toda la intención de invitar al mencionado a tomar más de él como quiera, y aunque ya la pena es algo que no está en su vocabulario, no puede evitar que sus mejillas se pinten de rojo por el repentino bochorno que le trae el hecho de estar tan indefenso en este momento.

-Oh, bonito, ¿ahora estás avergonzado? -se burla TaeHyun con un fingido puchero, divertido con el cambio drástico en la actitud de BeomGyu.

Ya sin saber cuál de las caras que BeomGyu muestra es la verdadera, toma su cadera para girarlo y tratar de ver su expresión. El rubio cubre su rostro con sus manos, pero no por mucho tiempo, porque TaeHyun las aparta bruscamente tomando sus muñecas, sólo para notar el rubor de sus mejillas que está tratando de ocultar.

Devil & Demon | TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora