31 de mayo, 2023
La noche de ayer fue una completa travesía, luche casi a muerte contra una alimaña feroz, o por lo menos así lo sentí. Alrededor de las ocho de la noche, mi madre y yo nos acostamos, mi papá se encontraba de viaje por lo que estábamos solas en la casa, sin embargo, jamas en la vida hubiera imaginado que antes de siquiera quedarnos dormidas un fuerte estruendo proveniente de la cocina nos sorprendería.
Con temor nos dirigimos a la cocina, y entonces la vimos: una enorme rata corriendo entre la cafetera y las ollas. Mi madre con una fregona le intentaba pegar, sin embargo el enorme roedor era mas astuto y logro escabullirse entre los muebles.
Pasaron las horas, mientras nos limitamos a espantar a la criatura lejos de nosotras, después de un rato alrededor de las once de la noche se escondió por debajo de la lavadora. Por mas que traté de espantar a la rata se negó a salir, así que por último al ver lo nerviosa que estaba mi madre tome valor. Me agaché e introduje el palo de la escoba por la rendija que limitaba el piso con la lavadora y al verla salir grite
—Mami ya salió.La perseguimos entré las dos pero nuevamente logro huir, y se escondió detrás del mueble en que reposa el televisor. Dejamos la puerta de par en par, con la esperanza de que la rata quisiera salir por si misma, pero la criatura caprichosa no deseaba marcharse de su nuevo hogar. Ya eran las tres de la madrugada cuando rendidas tratamos de descansar en el sillón. Pero entonces antes de que pudiera quedarme dormida la escuchamos salir de su escondite y mi madre fué capaz de ver cuándo se escondió debajo del sillón.
Estábamos agotadas y el sueño nos ganaba, pero el temor nos impedía descansar. La imaginábamos sobre nosotras, y yo temía que nos mordiera. Por doquier de la casa había dejado un rastro de pelotitas redondas y negras, era su excremento. A eso de las cuatro de la madrugada tomé un último impulso de valor, miré a mi madre con firmeza y le dije: —Debemos obligarla a salir, aunque nos atemorice debemos hacerlo.
Primero cerramos los lugares por donde podía escapar, con otro sillón individual cerramos el paso a la cocina y con una gran tabla de madera cubrimos la entrada a el comedor, cerramos las puertas de los cuartos y el baño. Me acerque al sillón en donde se encontraba la rata y lo moví lo suficiente como para meterme por detrás y entonces me agache he introduje el palo de la escoba por debajo del mismo, la vi pero se negó a salir por mas que la golpeé. Entonces me puse de pie y con un esfuerzo sobrehumano logre alzar el sillón lo suficiente como para obligarla a salir.
Mi madre le pegaba con la fregona, pero la rata era mas rapida y se negaba a rendirse. De tanto ajetreo la puerta de la salida se cerro, por lo cual con la poca fuerza que me quedaba quite nuevamente el sillón y corrí a abrir la puerta. Con la escoba y con ayuda de mi madre arrinconamos a la criatura entre la pared y el sillón, de tantos golpes la rata se quedo quieta esperando engañarnos para así ella tener la oportunidad de volver a correr, pero no la deje, al contrario tomé una sábana que estaba sobre el sillón y con la misma la tome de la cola para que no me mordiera, con mi mano izquierda le acerque la escoba para alejar su osico de mi mano.
—Tirela a fuera con todo y sabana— gritaba mi madre de fondo, mientras yo corría lo mas rápido posible hacía la puerta de salida y entonces lo logre, la pude sacar de la casa. Rápidamente cerre la puerta y entonces entre risas y lágrimas mi madre y yo nos miramos, aún no eramos capaces de creer que ya había terminado el tormento y que lo habíamos logrado.
Después nos fuimos a descansar, sin embargo una sensación de nerviosismo y ansiedad nos seguía acompañando y no fue se hasta que la luz del sol entro a la casa que nos sentimos en paz.
The end
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El mundo de Ángeles
NezařaditelnéEl mundo de Ángeles/ The World of Angels Relatos de mi vida, mejor dicho en otras palabras mi diario.