Caballeros sostengan sus sombreros y actitudes conservadoras, damas hagamos lo que mejor sabemos hacer: juntar a Sakura Haruno con los personajes más extraños, insanos, tóxicos y perturbables que encuentren.
Adolescentes, sepan bien lo que están de...
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-Otra vez ese hijo de perra. -siseó Haruno.
Las personas tienen plasmadas en la cara las líneas de expresión que realizan como rutina casi todos los días: sonreír, llorar, enojarse y maldecir, cosa que literalmente hizo al llegar a la puerta de la universidad. Ahí estaba Sasuke Uchiha, el serio hijo de perra que estaba invitando a Sakura a salir, como si no supiera que tenía novio y era él mismo.
Sakura se rió de algo que dijo y sacudió la cabeza en repetidas ocasiones, como si lo que sea que le dijese el chico fuera imposible y lo dejó atrás en cuanto sus miradas se encontraron. Sasuke se quedó mirándolos fijamente, y tuvo el descaro de sonreír muy a su estilo, como si lo retará a decir algo.
Él no me conoce, no nos conoce. Pensó en ello incluyendo a su novia para calmar algo de su irá.
No caeré en sus provocaciones.
Sasuke alzó una ceja a lo lejos y le dió la espalda, alejándose para atormentar la vida de otra persona. Si Haruno lo pensaba bien, eso era una simple reacción de una persona celosa; sí, eso debía ser.
La fea expresión que sabía que tenía en el rostro se transformó en una brillante sonrisa:-. Amor.
-No te había visto, creí que hoy no vendrías. -mustió ella después de darle un beso:-. ¿Cuánto tiempo llevabas ahí parado?
Se encogió de hombros, restándole importancia:-. No mucho, acabo de llegar y te vi hablando con Sasuke Uchiha.
La sonrisa de su novia flaqueó:-. De nada.
-Ah...
-No seas un celoso, Sasuke no piensa en mi como una chica a la que debe conquistar.
Maldita mentirosa. Estiró sus labios en una tensa sonrisa:-. No sabes cómo pensamos los hombres. Sasuke lleva detrás tuyo todo el año y no le importa si tienes o no un novio.
-Eso es problema de él, yo te tengo a ti y eres demasiado especial para mí. -Sus palabras afectuosas lo reconfortaron un poco, pero aún así, no podía dejar de simular la estúpida sonrisa de Uchiha en su cabeza una y otra vez.
Dejó que lo besara otra vez, y está vez ella sacó algo de su mochila rápidamente:-. ¡Mira lo que encontré! Es un libro sobre personas idénticas a ti en el mundo, dopel- algo.
Haruno apoyó la espalda contra la pared, escuchando a su novia leerle el libro con demasiada emoción ajena a la falta de entusiasmo que él demostraba; Sakura estaba convencida de que a ellos los relacionaba algún lazo paranormal y siendo una aguerrida fan de aquellos temas no descansaba buscando respuesta a su existencia.
-¡Esto puede demostrar que somos algo como eso! Digo, soy igual a ti.
Y tenía razón.
Ella era exactamente como él, grandes ojos verdes, cabello rosado y algo ondulado, piel de porcelana y los mismos lunares en cada punto de su cuerpo.
