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Su mano seguía en mi boca. Levanté lentamente mi All Here y me sentí tranquila. Es él. Es 29. Espera, imposible. Acaba de hablar. ¿O lo imaginé?

Quitó su mano y me giró hacia él, me hizo una seña, la que no tardé en entender. Asentí y me pegué a la pared. Los pasos del triángulo se fueron acercando.

—¿Señorita? ¿Señorita, está aquí?

—Sí —contesté y, cuando él apareció, 29 lo acorraló. No quité la vista mientras lo golpeaba, éste quedó en el suelo, inconsciente. Esperaba que lo matara pero no me quejo—. Ahora, explícame qué sucede.

No me pienso creer que no habla.

—No aquí.

¡Lo sabía! Me fue difícil no sonreír. Su tono de voz, vaya, me sorprende. Tiene seriedad y peligro en él. Este misterio me encanta.

—Vamos a mi habitación. —sugerí.

—No ahora.

Se me borró la sonrisa. Él señaló al triángulo que seguía en el suelo.

—De acuerdo. —entendí, y miré mi All Here, después de todo el tercer juego ya va a empezar, y el sujeto de máscara negra no iba a tardar en buscarme—. Tíralo por ahí y búscame en mi habitación en cuatro horas.

Asintió, lo cual me molestó, esperé a que dijera algo otra vez. Pero solo lo vi alejarse con el cuerpo.

Seguí por los pasillos, guiándome con mi All Here para llegar al cuarto de cámaras. Tuve que sobornar a un cuadrado para poder ver las cámaras, por suerte no salimos en ninguna grabación. Cuando salí de ese cuarto me topé justamente con él.

—La estaba buscando. —habló.

—Yo igual. —respondí indiferente.

—Sígame. —se dio la vuelta y empezó a caminar.

No puedo asegurarme de que no sospecha nada. Así que tendré cuidado desde ahora.

***

Pasé el café, hoy no dormiré claramente, sigo pensando en lo que sucedió. Ni siquiera ver el juego desde la pantalla me tranquilizaba, jalar la soga. Huh, lo único que me recuerda es cuando lo jugaba con papá. Siempre me hacía ganar. Las primeras veces me sentí orgullosa de mí, y luego me fui dando cuenta de que solo lo hacía para ver a su hija feliz por una victoria que resultó ser una farsa.

—¿En qué tanto piensa, señorita? —habló y puso en mute la pantalla.

Dejé la taza de café en la mesita, tranquila.

—En mi padre. —le miré—. ¿Acaso.. sabe dónde está? ¿Sabe por qué no visita a su única hija? ¿Sabe por qué desaparece como si no fuera algo importante para mí? —expresé.

—Lo siento. —se disculpó.

—Iré de vuelta a mi habitación. —Me levanté y salí a los pasillos. Creo que con eso lo alejé un poco de mis asuntos. Limpié la falsa lágrima de mi ojo y continué caminando.

Habían pasado más de cuatro horas, 30 minutos de tardanza, ¿por qué tarda? No he disfrutado del tercer juego por su culpa. He estado cabezota. Me quito el vestido y los tacones, tomo otro vestido más corto y suelto. La seda siempre me da tranquilidad. Camino descalza en círculos mientras peino mi largo cabello. Ya tiene que estar aquí. Está tardando demasiado.

Mi All Here vibra en mi cama y voy rápido a tomarlo. Al instante se muestra la sala de juegos, donde están varios rojizos y el de la máscara negra. También hay un jugador con ellos, su ropa está de sangre. ¿Pero qué ocurre? Siempre me enteró de todo a última hora. Sabría más si..

Only mine • SquidGameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora