GINA

119 14 7
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Siempre sentí que me llevaba bien con los niños, digo tenía uno a mi lado todo el tiempo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Siempre sentí que me llevaba bien con los niños, digo tenía uno a mi lado todo el tiempo... y si hablo por Kevin aunque desde pequeño me las tenía que ingeniar para divertir a mi hermanito por lo que tenía una gran experiencia, aún con eso estaba nervioso.

Toque la puerta de la casa del profesor, un par de minutos después la puerta se abrió dejando a ver una mujer hermosa cargando al pequeño.

—¡Ty! —exclamó el bebé en brazos de la mujer.

—Hola campeón —saludé

El niño me tendió los brazos para que lo cargara, sin embargo la mujer no se lo permitió no muy confiada

—Soy Tyr Todd mucho gusto, vengo a cuidar de Tim —salude a la mujer.

—Gina —se presentó dándome la mano

—Es mi mamá —dijo Tim insistiendo en darme los brazos.

La mujer cedió al encanto de mi niño para dejar que cargara al bebé, su madre traía ese cabello afro recogido por un lindo moño, la mujer tenía un piel morena hermosa... que puedo decir las mujeres morenas son mi debilidad.

—Adelante —dijo dejándome pasar— quiero establecer que yo no estoy de acuerdo con esto, pero al parecer le caíste muy bien a mi hijo.

—Entiendo que tenga miedo de dejar a su pequeño con un extraño...

—No lo entiendes, eres un niño —me detuvo.

La mujer iba a ser dura de convencer, la entendía perfectamente yo nunca había dejado a Bal con nadie que no fuera yo.

—No lo soy, tengo diecinueve así que legalmente soy un adulto en muchos países —afirmé riendo— sé cuidar de niños así que estaremos bien verdad Tim.

El niño en mis brazos asintió risueño, por lo que sabía el pequeño no salía a muchos lados más que al médico, sus clases especiales y bueno su casa, quería que el pequeño tuviera alguien más con quien convivir fuera de su espacio habitual.

La mujer me miró juiciosa para suspirar y asentir.

—Este es su horario, hay que seguirlo al pie de la letra —ordenó dándomelo,

BALDER: la voz del inocente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora