Hay maldad en el mundo, maldad que si bien conocía no sabía hasta donde podía llegar hasta el día que con una sonrisa el hombre que me dio la vida trató de quitármela...
Para Balder su único objetivo es sobrevivir, con un padre violento, profesores...
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Creo que no había llorado así en mucho tiempo y es que aceptar que tienes un problema es algo muy difícil.
—¿Desde hace cuanto tienes este problema Tyr? —me preguntó Gina más tranquila.
Nos habíamos sentado en la mesa con algo de té para calmar la situación.
—Tres meses tal vez un poco más —expliqué— fue después de un partido me lastimaron la cadera y me mandaron analgésicos, al principio no quería tomarlos pero al hacerlo yo... me gustó la sensación
—¿Qué sentías? —me preguntó interesada
—Nada —sonreí— todo el tiempo yo estoy sintiendo muchas cosas, exigiéndome demasiado por el deporte porque si no, no tendré una buena beca para la universidad pero a la vez no puedo desatender mis calificaciones de lado y yo... amo demasiado a mi hermano pero a veces es muy difícil cuidar de él, así que todo eso me tenía en mil lados siendo insuficiente en todo... así que cuando deje de sentir nada todo fue más... fácil
Gina suspiró para acercarse a mi y abrazarme con fuerza.
—Lo siento Gina no quería hacerlo sólo quería dejar de sentir que no pensé lo que hacía —afirmé
Ella acarició mi mejilla con dulzura.
—Te vas a poner bien de acuerdo, yo te voy ayudar —me sonrió— pero no quiero que me defraudes de acuerdo, te aprecio demasiado como para perderte en esto.
La abracé con más fuerza, ella me dió una sonrisa para besar mi frente
—Necesito que pongas todo de tu parte de acuerdo —me pidió a lo que asentí— será nuestro secreto entonces.
—Gracias —lo dije de verdad.
El nene salió de su cuarto gateando, ya se veía mucho mejor.
—Ty Ty —me miró confundido— no llores... te quiero mucho...
—Oh yo te quiero más —lo abracé.
No podía engañar a este bebé y mucho menos a mi otro bebé.
