Hay maldad en el mundo, maldad que si bien conocía no sabía hasta donde podía llegar hasta el día que con una sonrisa el hombre que me dio la vida trató de quitármela...
Para Balder su único objetivo es sobrevivir, con un padre violento, profesores...
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Durante muchos años en mi vida me e sentido perdido, nunca sentí que encajara y mucho menos sentía que las cosas estuvieran bien... y después de tantos años sentía qué tal vez las cosas podían estar bien.
Papá había conseguido un turno por la noche por lo que casi no lo veíamos aún cuando estaba había limitado sus golpes al mínimo, Bal estaba mejorando en las clases lo que le generaba menos estrés y yo... bueno ya llevaba en amstinencia más de un mes por lo que si, las cosas iban mejor.
Y es lo que más me aterraba... que este pico de buena suerte se acabara.
—Tu y yo mañana cena —dijo mi morena sentándose en mis pierna para besar mis labios.
—¿Es pregunta? —pregunté confundido
—Es orden —me sonrió.
—Y yo estoy invitado —interrumpió mi hermano que estaba recostado en la mesa haciendo berrinche por no dejarlo ir con su novio a cojer.
La morena le dijo algo al oído a lo que solo contestó con una sonrisa pícara... ya me imaginaba que le había dicho.
—Claro que puedes ir —me adelanté
—No ya no quiero —me dio la espalda continuando con su drama.
Negué para bajarlo de la mesa antes de que lo regañaran.
—Anda ve a tu clase paso por ti en la tarde de acuerdo —le revolví su cabello
—Si papá —bufó burlón para irse.
—Entonces tu y yo —me miró ella— cena mañana
—Mañana no...
—No, no, no —me detuvo— tenemos meses sin salir y lo entiendo pero de verdad quiero salir con mi novio, así que si, vamos a salir y te la pasarás bien
—Está bien —acepté
Mi chica se lanzó a mi para llenarme de besos, al llegar aquí nunca pensé que tendría novia, el máximo de tiempo era un año en cada lugar por lo que no quería engancharme con algo que después perdería pero claro no pude combatir contra la tormenta de emociones que me generaba.
