Capítulo 10.2 "EL DÍA CAÓTICO"

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Después de esa cena que tuvimos todos en la casa de Abril, pensaba que las cosas se habían arreglado, y en cuanto se tratara de Abril sí, todo estaba muy bien, pero en la escuela era diferente. Principalmente los compañeros y demás alumnos que siempre compartían el tiempo del almuerzo con Kakeru y Abril comenzaban a tomarme en cuenta, pero de mala manera, sentía cierto rechazo hacia mí, era abrumador por momentos. Esto me ponía a pensar en clase y me veía distante para el resto, Abril siempre me preguntaba cómo me sentía cuando me veía así, ella me ayudaba a pasar por todo eso.

Con el paso de los días, la situación empezó a ser un poco difícil. Para todos estaba más que claro que yo no era merecedor siquiera de la amistad de Abril, pero había algo que los hacía molestar aún más, no estaba claro que quizo decir Abril aquella ocasión que nos enfrentamos a Kakeru, y en realidad así fue, no quedó claro que era lo que Abril decía sobre mí, algunos aseguraban que nosotros estábamos saliendo, otros solo pensaban que lo dijo porque quería salir del problema, comenzaba a preocuparme por cómo podría empeorar todo eso. Durante todo ese tiempo, Abril no se me acercaba, habíamos pensado que si no nos veían juntos, todos creerían que nada era cierto y dejarían de prestarme atención. Ambos acordamos que dejaríamos de hablar en la escuela, y que ya no caminariamos hasta el centro de la ciudad después de clases. Esas cosas, después de todo, eran incómodas para mí, sabía que lo hacía por mi bien, pero a veces no podía soportar salir de la escuela y tener que caminar del otro lado de la calle sin decirle ni una palabra.

El acuerdo parecía estar dando soluciones, los problemas que habían llegado dejaban de ser tan frecuentes, parecía que todo podría volver a la normalidad, pero no podría estar más equivocado.

Las clases eran largas sin poder siquiera saludar a Abril, pero esperar a cruzarnos cuando comenzaba el almuerzo, parecía un alivio después de todo. Esperamos unos días más, el ambiente escolar recobraba su curso normal, comenzaban a olvidarme, y me alegraba saberlo. Creí que el momento de volver a hablar con ella estaba llegando, así que le escribí un mensaje. La cité en el centro de la ciudad, planeaba invitarla a desayunar en aquella cafetería, como Abril les habló a sus padres de ella, pensaba que le gustaba el lugar. Cuando recibí la respuesta de ese mensaje me alegró ver que ella también estaba esperando vernos.

No solo yo estaba impaciente por vernos, nuestros amigos también, Honoka e Izumi, hasta Sumire nos preguntaban a cada uno hasta cuándo seguiríamos así. Cada vez que salíamos de clases, mientras caminábamos de regreso a casa ellos me animaban a verla de nuevo, lo mismo con Abril. Ellos se enteraron de que nos volveríamos a ver, así que el día que nos veríamos sería un alivio para todos.

Esperaba en esa cafetería, pensando algunas cuantas palabras que podría decirle, sobre la mesa sólo un vaso de agua, esperaba a que llegara para ordenar, el cielo de la mañana se comenzaba a nublar. Pasaron más de diez minutos, ella no aparecía, me comencé a inquietar, ella nunca había sido impuntual, quise llamarla, comencé a preocuparme, al final, terminé llamando. Contestaron el teléfono:

?— ¿Hola? —

La voz era de un hombre adulto, supe que se trataba del padre de Abril:

M— Buen día señor, disculpe, ¿se encuentra Abril? —

?— Si, aquí está, pero se encuentra ocupada, ahora está atendiendo una visita —

Sentimientos de confusión me invadieron como nunca, ella jamás mencionó que tendría una visita, no dije nada durante unos segundos, su padre dijo:

?— ¿Joven Mirio? —

M— Ah, ya veo, lo siento no quise interrumpir —

Entonces logré escuchar a través del teléfono a alguien diciendo "es todo un placer señor, ya quería conocerlos", escuche otra voz, esta vez la reconocí, Abril decía "papá ¿quién es?", colgaron el teléfono.

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