Dementor.

Capítulo 3

Todo había ido bien hasta ese miércoles por la mañana.

Apenas había pasado poco más de una semana desde el inicio de las clases y Harry había hecho todo lo posible para pasar lo más desapercibido posible ─algo difícil considerando que Theo era su mejor amigo y Theo siempre ha sido sinónimo de problemas─ y tener un semestre tranquilo. Había estado revisando su calendario, era consciente de que su celo se estaba acercando y eso lo hacía sentir más alerta e inseguro de su alrededor.

Siempre se ha caracterizado por ser un omega bastante sensible durante ese corto periodo de tiempo, también suave y exigente por un poco de contacto. La mayoría de sus celos la pasaba en compañía de Pansy, la omega lo ayudaba a preparar un nido donde ocultarse y acurrucarse, lo impregnaba de feromonas suaves y relajantes, y le brindaba todo lo necesario para mitigar el dolor que provocaba una oleada de calor. En una ocasión, Theo le ofreció su ayuda ─pues todo el mundo sabe que los omegas en celo reaccionan más favorablemente cuando tienen a un alfa a su alrededor─; sin embargo, cuando el momento llegó, Harry se había puesto a llorar desconsoladamente, arrojando todo lo que tenía a su alcance y gritándole a Theo que se largara, que quería a Pansy en su lugar y que, en ese momento, sus feromonas solo lo molestaban más. Nunca volvieron a intentarlo.

Luego de ese suceso, Harry se dio cuenta de dos cosas: lo primero, los días cercanos a su celo no podía estar tan cerca de otros alfas porque su omega se agitaba incontrolablemente haciendo que se encierre en sí mismo y solo quiera estar en un lugar más seguro. Lo segundo, no toleraba el aroma de los alfas que lo rodeaban antes y después de su celo. Eso incluía a su hermano, Ron siempre debía tomar inhibidores de aroma cada vez que Harry estaba en esos días.

Era la hora del almuerzo y, junto con Pansy y Theo, estaban terminando su última clase de la mañana. Ese día solo tenían tres en total: dos en la mañana, una a la tarde.

─Debo ir a buscar el informe para la clase de Historia. ─Harry suspiró y dejó de hurgar en su bolso sabiendo que el informe no estaba ahí y que probablemente lo había olvidado en su casillero.

─¿No puedes hacerlo después? ─Theo cuestionó, ayudando a Pansy a recoger las cosas que aún tenía dispersas sobre la mesa.

─Lo haría, pero solo tenemos una hora libre y todavía debo verlo para corroborar que todo esté en orden ─suspiró una segunda vez antes de colgarse su bolso en el hombro. El informe era algo que se hacía después de cada clase para que el maestro de área se asegurase que los estudiantes estén absorbiendo y comprendiendo la mayor cantidad de información posible, y aun cuando Harry había deseado hacerlo con Theo o Pansy, al final fue asignado con una joven llamada Lavander Brown.

Lavander era una beta amigable y bastante simpática, el único problema era que nunca, nunca, se callaba y Harry no podía seguirle el hilo de la conversación. Ambos se habían reunido el día anterior en la biblioteca para hacer el informe y, aunque se la pasó bien en compañía de la joven, no era capaz de entender como no se le enredaba la lengua al hablar tan rápido. Ambos habían terminado exhaustos luego de leer, recopilar más información y debatir sobre varios puntos para lograr terminar el informe a tiempo; no obstante, no les alcanzó el tiempo para verificar una última vez el trabajo porque la biblioteca estaba por cerrar y Lavander debía ir a recoger a su hermana menor de la casa de una Tía. Mientras ambos abandonaban el campus, la joven le había informado que tampoco estaría para las clases del día siguiente debido a un compromiso por lo que quedaron en que Harry entregara el trabajo.

─¿Quieres que te acompañemos?

La voz de Pansy lo sacó de sus pensamientos y se apresuró en negar con suavidad.

─No ─respondió─, pueden adelantarse y guardar un lugar en la cafetería, los alcanzaré tan rápido como pueda.

─¿Estás seguro? ─Theo insistió─. Sabes que no tenemos ningún problema en ir contigo.