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Jadeos se escuchaban en aquel lugar, el choque de pieles y las súplicas con lloriqueos se escuchaban en alto, de nuevo en aquella solitaria oficina, un lindo pequeño de cabello verde, estando contra el escritorio jadeando y arañando la fina y cara...

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Jadeos se escuchaban en aquel lugar, el choque de pieles y las súplicas con lloriqueos se escuchaban en alto, de nuevo en aquella solitaria oficina, un lindo pequeño de cabello verde, estando contra el escritorio jadeando y arañando la fina y cara madera, detrás suyo, cierto bicolor lo tomaba firme de sus finas y marcadas caderas, viendo como su polla desaparecía en el trasero bien formado del menor.

De nuevo teniendo a aquel pequeño pecoso bajo su poder, sumiso, dócil, débil a los caprichos del director de su escuela preparatoria, solo un pobre adolescente que por un descuido termino enredado en un infierno.

— Nunca me cansaré de ti Midoriya — susurro el mayor en su oído antes de morderlo, el pecoso gimió ante la acción.

Porfavor... Ya no quiero — pensó antes de cerrar los ojos y recordar como mierda había llegado a ese punto.

Izuku era un joven normal, vivía bien con su madre incluso después del abandono de su padre, realmente eran madre e hijo muy unidos, no había nada que no se contarán, eran como mejores amigos apesar de que uno era la madre y el otro el hijo.

Cuando el pequeño chico entro a la preparatoria todo era normal, o lo fue hasta que conocieron al director de está misma, un hombre de buen porte e imponencia, todo en el marcaba territorio, te miraba desde arriba o sobre el hombro, un guapo hombre de cabello bicolor y ojos heterocromaticos que solo demostraban seriedad, alto y serio, demasiado guapo para algunas alumnas, siendo apenas un joven de veintisiete años llegando a dónde estaba por meros lazos familiares.

Aquel director que una sola vez lo cito a su oficina por mera casualidad, un pequeño altercado en su aula en la cual a él lo habían mandado como el culpable, había un profesor que lo defendió a capa y espada, pero ni siquiera por ello el director Todoroki se negó a llamarlo a su oficina.

Ahí comenzó el infierno del pequeño chico, Izuku tenía miedo, era solo un pequeño ingenuo que no quería llevarle problemas a casa a su querida madre, así que escuchó las condiciones del bicolor, aunque asqueado acepto, era algo simple, una pequeña mamada y con eso se saldría del problema, solo el pequeño pecoso no espero que el mayor terminara por tomar fotos a su acción.

Dos semanas luego de eso, Izuku salió bien librado de ese feo problema, pero no se espero que un día cualquiera el director de la nada le llamara a su oficina, el menor claro estaba muy sorprendido por aquello, no había hecho nada, de hecho, nunca había hecho nada.

Sorprendido quedó al llegar a la oficina, nervioso se sentó donde le fue indicado y unas fotos fueron esparcidas sobre el escritorio, era él cuando estuvo con el mayor, cuando le dio solo unos minutos de placer a cambio de sacarlo de un problema, no espero que el bicolor hiciera eso, nunca se espero nada del mayor.

— Si no quieres que estás fotos se esparzan por toda la escuela, entonces sé mi puta personal Midoriya — claro el menor se quería negar a ello — y la primera en recibirlas será tu querida madre — ahí el pecoso si que se tenso, no, no quería que su madre terminara por ver esas fotos tan asquerosas incluso ante sus propios ojos, no podría con la decepción en su mirada — ¿Aceptas mi pequeño? — Izuku sin más opciones, que pensara en ese momento, presa doe miedo y del chantaje, asintió, abrió las puertas a ese demonio que lo buscaba para su placer, nada más que un juguete, su juguete favorito, su único juguete favorito.

teacher's pet-ᵇᵃᵏᵘᵈᵉᵏᵘ-ᵗᵒᵈᵒᵈᵉᵏᵘ-+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora