Jania
Me encuentro encerrada en mi habitación, creo que ya se ha vuelto una costumbre... Aveces la soledad es simplemente eso, encontrarte contigo mismo, y vamos, no está tan mal, pero siendo honesta he llegado al punto en que es asfixiante.
Mis inseguridades han incrementado de una manera alarmante, tan solo tengo 20 años y mi estabilidad emocional se ha vuelto un asco.
Algunos vacíos son más grandes que otros, algunas tormentas dejan más daños que otras.., pero existe una tormenta que es tan dolorosa, donde derramas muchas lágrimas, la felicidad se vuelve fugaz, tan fugaz que no sabes cuando fue el último momento en que fuiste feliz.
Ahora me encuentro luchando contra esta tormenta llamada: depresión.Hay días en que me siento más vulnerable, tan frágil como aquellos pétalos de una flor mientras se marchita.
He tratado, lo he intentado, no recuerdo cuantas veces, quiero salir, vivir como lo hacía antes, sonreír sin ningún motivo en específico... quiero ser feliz.....
Estoy tumbada sobre mi cama, con los auriculares puestos escuchando Running de NF, no lo niego, algunas lágrimas ruedan por mis mejillas, ¿Es que siempre he sido tan sensible? No, no lo era, me mantuve fuerte durante mucho tiempo, pero un día me derrumbé.
...
El sonido de mi celular logró despertarme, era un mensaje de mis compañeros de la universidad, habíamos quedado para salir un rato a ver una película y quizás comer un helado.
Lo he dudado mucho, en ir, socializar, exponerme ante las miradas de las personas, pero me decidí a ser valiente al menos por esta vez.
Así que me metí a darme una ducha y al salir comencé a contemplar mi reflejo frente al espejo, mi cabello estaba revuelto, un poco más abajo de mis hombros, demasiado maltratado y en un tono castaño claro.
Mi cuerpo estaba demasiado delgado, la ropa de mi armario parecía más grande de lo que había pensado, mis brazos, mis piernas eran demasiado delgadas que a la visita podrían ser tan frágiles.
Mi sonrisa no era perfecta, y mis ojos habían perdido el brillo que tiempo atrás destellaban en ese tono marrón.Las dudas comenzaron a invadir mis pensamientos, «Mírate, ¿Acaso eres feliz con lo que vez?» «¿Algún día has pensado como sería tu vida si fuera diferente?» «¿Crees que eres linda cuando eres un completo desastre?» «¿Alguna vez alguien se fijará en ti?» «Si no puedes aceptarte tú misma, dime ¿Quién lo hará?»... de nuevo mis lágrimas brotaron sobre mis mejillas, no podía salir, no así...
Cogí mi teléfono y marqué al número de Alicia.
— Hola.
— Hola...
— Pasó algo. Dijo dudosa
No quería decirle la verdad así que mentí.— No claro que no, solo que ha surgido un problema y no podré ir, lo siento.
— ¿Enserio Jania?, siempre pones excusas para no salir, puedes simplemente decir que no te agrada pasar el rato con nosotros y lo entenderemos.
Se escuchaba decepcionada.
— No es eso Alicia, solo estaré ocupada, perdón.
— Está bien Jania, como quieras. Pero si gustas venir aquí estaremos para ti.Sin más finalizó y ahí estaba yo quebrándome lentamente, silenciosamente.
Me encogí entre las sábanas, quise gritar.., el corazón dolía, ardía y yo no podía más.No recuerdo cuanto tiempo pasó pero ya era más de medio día, así que salí a prepararme algo de comer pero solo había sopa instantánea.
No hay mejor comida para corresponder el momento, ¿Cierto?.
Coloqué mi laptop para ver un dorama coreano, a veces me pregunto ¿Cómo se sentirá vivir un romance como en los k-dramas? Quizás nunca lo sabría, sinceramente nadie pondría su mirada en alguien como yo, tan rota y llena de cicatrices.Regresé a mi habitación y dudé en salir a tomar el aire un momento. Busqué en mi armario una vieja camiseta holgada color gris, y unos jeans en tono negro un poco grandes para mi talla y sin más salí del edificio entes de que cambiara de opinión.
El viento frío me golpeó al instante que puse un pie afuera, y me odié por no optar en algo que me cubriera un poco más.
Seguí caminando sin dirección alguna, hasta llegar a un pequeño parque de diversiones, a decir verdad llevo viviendo aquí poco más de dos años y aún no he logrado conocer más que las cuatro paredes de mi habitación. Culpo a mi depresión por eso, me he perdido de tanto y he disfrutado de tan poco.Me detuve un momento y observé como los niños se veían tan felices al jugar con sus padres.
— Sería lindo experimentar algo así. Me dije a mí misma.
Perdí a mis padres cuando tenía seis años. Un trágico accidente de auto los arrebató de mi lado, los recuerdos son vagos...— Cariño, llegaremos tarde para la cena.
— Lo sé pero hay demasiado tráfico y la lluvia no cesa. Dijo mi padre con un poco de disgusto.
— Mamá, tengo miedo. Exclamé asustada desde la parte trasera del auto.
— Tranquila, la tormenta pronto pasará y estaremos bien, ¿De acuerdo?
Solo asentí.Un impacto logró aturdir mis oídos, el sonido de la lluvia, los cristales rotos, la sirena de la ambulancia, las luces de los demás autos que seguían pasando...
Desperté al día siguiente, solo recuerdo ver a los familiares de mis padres llorando desconsoladamente.
— ¿Dónde está mamá y papá?
Hubo un pequeño silencio en medio de aquél cuarto de hospital, no obtuve respuesta, entonces lo entendí.— ¿Estás bien?
Reaccioné al instante y me di cuenta que estaba llorando ante aquel recuerdo, rápidamente limpié mis lágrimas y le dediqué una media sonrisa.
— Si lo estoy.
Decidí alejarme lo más pronto posible, quería irme de ese lugar, no presté atención a la chica que me seguía hablando, así que caminé más deprisa.
Llegué al edificio y subí rápidamente al lugar que tanto conocía.
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Quiero enamorarme de ti
RomanceQuizás todos alguna vez soñamos con enamoramos de alguien, sentir esa sensación de felicidad y seguridad, entregarnos completamente sin excusas.., pero, ¿Cómo amar? si aún no hemos conocido el verdadero significado de la palabra AMOR.