Jania
La cafetería se encontraba llena para mi desgracia, no me gustaba compartir asiento con nadie más, la idea de socializar me aterraba.
Miré a mi alrededor con la esperanza de encontrar un lugar vacío y así fue, había tres mesas que aún no eran ocupadas, estaban al fondo del lugar.
Ya entiendo porque nadie quería estar allí.
Tomé un asiento entre ellas.Minutos después llegaron tres chicas, la primera era rubia y alta, al parecer la que lideraba el grupo, una pelinegra y la última parecía la combinación de ambas, un tanto distraída.
Ocuparon una mesa que se encontraba al lado de mí.Llamé a la chica que estaba atendiendo para que tomara mi pedido.
- Hola, disculpa me podrías traer un capuchino por favor.
- ¡Hola!, claro en un momento, tengo muchos por delante ya que mi compañero no viene el día de hoy.Escuché como la rubia que estaba sentada al extremo de la otra mesa exclamó.
- ¿Eiden no viene hoy?
La chica amablemente respondió.
- Lamento decirte que no.
- Entonces me voy. Dijo de mala gana y se marchó junto con sus dos acompañantes.- ¿Qué ha sido eso?, dije para mí misma, pero ella logró escuchar.
- Normalmente vienen después de clases para ver a Eiden, les agrada su música... pero que va, lo quieren a él.
- Vaya! Es famoso por aquí.
- Él no pensaría lo mismo.
- Bueno.
Dije un poco apenada.
- En un momento traigo tu pedido.
- Gracias.Mientras esperaba saqué mi móvil, sólo tenía un mensaje de mi tía tratando de asegurarse que me encontrara bien.
No me había percatado de que las mesas que estaban vacías ya se encontraban ocupadas.
Alcé la vista un poco y la realidad me golpeó al instante, eran mis antiguos compañeros.
Me rechazaron en mi momento más vulnerable, quienes se burlaron cuando la estaba pasando mal.Bajé la mirada pero ya era demasiado tarde.
- Miren quien está aquí!
Dijo uno de los chicos que se encontraba frente a mí.
Reaccioné rápidamente, me levanté, pero al hacerlo la silla resonó en toda la cafetería, haciendo que la atención se posara en mí.
- Yo lo siento.
Me disculpé.
El chico aún mirándome me regaló una sonrisa en tono de burla.
- Ey déjala, realmente no ha cambiado nada.
Dijo Becka, en un tiempo atrás solíamos ser amigas.No se en que momento no pude retener más las lágrimas, tomé mis cosas para marcharme.
Pude sentir como las miradas estaban contemplando aquella escena.La chica que momento atrás me había atendido llegó a mi mesa.
- ¿Pasa algo?
Sonó preocupada.
- No, está bien, ya me iba... pagaré por lo de antes.Limpié mis lágrimas, dejé el dinero sobre la mesa, cogí la mochila. En el momento en que me di la espalda ella tiró de mi brazo.
- Espera, ¿Cuál es tu nombre?
La miré con un poco de confusión a lo que ella entendió.
- Perdón, suelo ser así, me agrada hacer amigos y tú me pareces alguien interesante.
- Ahh disculpa, soy Jania.
Sonreí falsamente.
- Un gusto, mi nombre es Alisson, pero suelen llamarme Alis.
Dio un pequeño saludo con su mano, acompañado de una deslumbrante sonrisa.
- Gracias, pero de verdad me tengo que ir.
- Está bien, adiós Jania... la próxima yo invito.
Sonreí porque aquello me pareció muy tierno.Abrí la puerta de la cafetería, pero al parecer alguien lo hizo también.
Era un chico alto, con su cabello color castaño oscuro un poco alborotado llegaba hasta el extremo de sus pobladas cejas, sus ojos marrones brillaban de una manera deslumbrante, transmitía ese toque de paz y tranquilidad, se centraron en mí...En ese momento su mirada hizo contacto con la mía haciendo que mis mejillas tomaran un color rojizo, él sólo me regaló una sonrisa.
— ¿Disculpa, estás bien?
Mis ojos aún se encontraban dilatados por la escena de hace unos momentos.
— Sí, yo... Perdón...
Desvíe la mirada y comencé a caminar. Agradecí que no estuviera lloviendo, tomé un auto para que me llevara al edificio, no quería pasar más tiempo en ese lugar.El miedo me invadía y sin querer las lágrimas seguían brotando.
Bajé del auto y subí a mi habitación, caí de rodillas al suelo.,—¿Por qué el pasado siempre está presente?, ¿Por qué me sigue atormentando?, trato de huir pero siempre termino corriendo en círculos.
Existen muchos tonos oscuros, unos son más intensos que otros, así pasa con el dolor, crees que puede ser ligero, pero mientras el tiempo sigue pasando se va intensificando.
Cogí un antiguo lienzo, era una pintura que tiempo atrás había abandonado, los trazos estaban perdiendo su color.
La chica llena de desilusiones y sueños rotos reflejada en ese antiguo cuadro estaba de pie ante él, aterrada, indefensa, llena de incertidumbre.
Extendí mi mano sobre la pintura seca, era áspera, las líneas imperfectas.., lo observé una y otra vez hasta que terminé tomando un pincel y finalizando lo que un día había comenzado.Estaba cansada de todo, vivir de esta manera dolía, dolía demasiado.
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Quiero enamorarme de ti
RomanceQuizás todos alguna vez soñamos con enamoramos de alguien, sentir esa sensación de felicidad y seguridad, entregarnos completamente sin excusas.., pero, ¿Cómo amar? si aún no hemos conocido el verdadero significado de la palabra AMOR.