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La luna brillaba tan recia que iluminaba aquel estanque donde Rin nadaba. La superficie era un espejo plateado que se distorsionaba por las brazadas de Rin sobre el agua. Ella entro bajo el agua para aparecer en otro sitio. Su corazón bailaba con felicidad, con diversión giro su cuerpo para quedar boca arriba y ver la hermosa luna. Sus brazos se movían sutilmente como alas para mantener su cuerpo a flote.
Ella sonrió al ver como unas luciérnagas flotaban por sobre su cuerpo. Ahí en el agua la temperatura era perfecta, su piel apreciaba la atención después de aquel caluroso día. Rin cerro los ojos para relajarse en aquella superficie, recuerdos de su tiempo en el árbol sagrado la invadieron. Vivió a través de Setsuna, la Mariposa de los sueños las conectaba a ambas, agradeció y lamento que eso ocurrió, por una parte el poder ver a su hija crecer aun en su letargo la mantuvo un poco más cerca de su querida familia, pero el precio de no poder dormir que pago Setsuna era algo que una madre no deseara para su progenie.
No imaginaba lo mucho que sus dos pequeñas sufrieron por la ausencia de Rin en sus vidas. Fue difícil dejarlas ir con Sesshōmaru, pero Rin confiaba en él y en su juicio. Aunque no fue fácil para las gemelas ahora ambas están juntas.
Catorce años trascurrieron y Rin lucia tan joven como la vez que dio a luz, sin embargo sus dos pequeñas, Towa y Setsuna eran unas señoritas que le rebasaban en altura. Ambas dignas hijas de su padre. Recordar su encuentro como familia le robo una sonrisa a Rin. Sesshōmaru que le veía desde la orilla sentado en su mokomoko le advirtió curioso, ella reía con los ojos cerrado, su corazón palpitaba fuerte ¿en qué pensaba? aunque tuviera curiosidad no preguntaría, siempre y cuando ella sonriera no había necesidad de indagar en más.
Rin abrió los ojos y vio la luna, con la mano alzada hizo un simulacro de querer agarrar al satélite como si de una moneda se tratara. Esta era hermosa, y brillaba tan intensamente que un resplandor ceniza cubría todo.
En un brusco cambio de posición la joven mujer sumergió su cuerpo en el agua y nado hasta la horilla donde el imponente Daiyokai le veía silencioso. Rin camino lentamente dejando al descubierto por fragmentos su cuerpo desnudo. Sesshōmaru le vio, estampo en su memoria la forma curvilínea de su mujer, como sus pecho moderados y altivos brincaba un poco a cada paso que ella daba. El cabello de un azabache brillante se espacia por toda su blanca piel, al denotar su entrepierna la cual estaba cubierta de un pequeño montículo de bello ensortijado, hizo que su entrepierna punzara.
Rin se detuvo para recoger su kimono, no quería mojar el hadajuban, así que lo dejo donde estaba, además la noche era muy calurosa para colocarse ambas prendas. Al pasar sus brazos por las mangas y atar el obi a su cintura la joven se encamino donde su marido le esperaba.
Inconscientes de lo que uno causaba en el otro, ambos se advirtieron fijamente. Rin entre más avanzaba más rápido se aceleraba su corazón, Sesshōmaru sentado con ambas piernas abiertas y mokomoko sirviendo de asiento y cubriendo la entrepierna, parecía un Dios reposando de sus deberes. Por otra parte Rin al colocarse el kimono con la piel mojada y ausente de su hadajuban, hacia que sus pechos resaltaran sobre la fina tela, esta se adhería a ella como una segunda piel.
La joven humana se detuvo frente a él, sin hacerla esperar el gran demonio le tendió una mano la cual ella tomo mientras se sentaba en su regazo. Sesshōmaru uso su mano libre para tomar el rostro de su mujer y besarle sutilmente. Rin le rodeo el cuello con sus brazos y acentuó más aquel intercambio de afecto.
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Después de una larga espera - SessxRin (+18)
RomanceLuego de que Rin fuera liberada de la maldición que Zero le impuso y de la caída de Kirinmaru, ahora tanto Sesshōmaru como Rin viajan de nuevo juntos, acompañados de el fiel Jaken y el dragón A-Un. ¿Cómo será su encuentro juntos luego de aquella lar...