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Lo primero que hace al salir del túnel es prometer que volverá, porque el sucio parece inseguro de dejarlo ir y Renjun no sabe si es porque está herido o porque piensa que lo traicionara, pero quedarse más tiempo en el túnel no les servirá de nada, así que, sale de ahí reconociendo de inmediato donde se encuentra, sabe que solo tiene que caminar un poco para alejarse de ese desolado lugar. Recibió dinero de Jeno, ahora parecía que era un cliente más, porque debía regresar con medicamento y algunas cosas para curar su pierna, aparte de uno que otro alimento. Para ser un sucio, Jeno tiene ordenado ese pequeño lugar, sabe donde esta cada cosa y que es lo que carece, pero a pesar de ello no se nota que lleve mucho tiempo ahí, quizás unos días sin llegar a las dos semanas.

Tiene billetes en vez de monedas, así que compra todo lo necesario tan rápido como puede y regresa con Jeno, porque piensa que si esa herida no se cura rápido podría llegarse a infectar, incluso Renjun piensa en lo que hará si hay que amputar la extremidad. Se escabulle hasta llegar al túnel y sigue la luz de la lámpara del sucio. Lo ve sacando libros de una vieja mochila y antes de que pueda preguntar el sucio se gira y deja caer aquello.

—¿Para qué son los libros?— pregunta Renjun.

—¿Para que los usas tú?— Responde Jeno evasivo caminando con su arma/bastón hasta sentarse sobre un costal de tierra. —Los libros se leen— continua despues de un par de segundos. —¿sabes leer?— Renjun asiente. —¿vas a la escuela?

—Voy, pero no estudio en ella— Y dice la verdad, porque cada vez que puede va por su hermana menor, y de vez en cuando va para vender lo que le intercambian.

Jeno le indica que se acerque y Renjun lo hace, el olor a sangre seca lo ataca con agresividad ahora que el sucio revela su pierna con el vendaje ensangrentado. Se marea, no debería porque está acostumbrado ello con los cadáveres, tal vez es porque no trae su cubrebocas o porque Jeno gruñe cuando está a punto de quitar el vendaje. Renjun sabe que debe de sacar el alcohol y las vendas que consiguió, así que lo hace sin dejar de mirar como Jeno le da vueltas a la tela manchada sobre su pierna, esta arrodillado frente al sucio así que el olor de la sangre le llega más rápido, sabe que en cuanto la venda vieja desaparezca la nueva debe ocupar su lugar.

—La bala sigue ahí, así que tendrás que sacarla tú.— Jeno lo está mirando y sabe que está decidido a que sea él quien saque el proyectil, pero esta tan sorprendido que sus ojos no consiguen cerrarse y sus labios tiemblan formando un "no" —Lava tus manos, tines dedos delgados, así que confiare en que no me harás mucho daño.

—No, ni siquiera te conozco.— se levanta de un salto y se aleja. Nunca pensó que la bala siguiera ahí, por eso estaba tan confiado en curar al sucio, pero ahora dudaba de hasta haber aceptado trabajar para él.

—Así que solo sacas balas de gente que conoces...— Pronuncia el sucio enderezando su espalda y recargándose en la pared, su pecho se mueve de arriba abajo mostrando su cansancio, su cabello alborotado solo sirve para provocar a Renjun. —Hazlo, te pagare por ello

—¡No quiero dinero!— grita para convencerse a si mismo de que no lo quiere, pero la penetrante mirada de Jeno lo incomoda y lo hace dudar. Se aleja tratando de darse fuerzas para hacerlo o para irse, pero sus piernas tiemblan y jura que si corre terminara cayéndose, vuelve a negar pero en él recae el peso de los ojos del sucio, aunque el sucio no lo mira de forma amenazante Renjun se pone aun más nervioso y no sabe qué hacer. —Debes ir a un doctor.

Jeno se ríe tan bajo que parece molesto, y es normal, porque es como llevar a un conejo a la boca del lobo, a pasar de haber militares por la cuidad aún hay policías y gente que detesta a los sucios, fácil podrían reconocerlo, porque el sucio esta tan limpio que parece sucio. En su pequeña cuidad ya no hay gente que pueda comprarse buena ropa o cuidar su cabello, solo hay gente que sobrevive como puede y gente que muere, llevar a alguien bien parecido con una herida en su pierna seria escandaloso por cuanto chismoso en la calle, su idea era tonta pero le daba un poco mas de confianza que sacar una bala.

SUCIO (adaptación NoRen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora