Lémur

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Lémur sintió que se corazón dejó de latir en ese momento, pues al frente de él estaba su depredador natural.

No sabía que hacer, pero sus instintos le gritaron.

¡CORRE!

El lémur sin dudarlo se pone en posición para correr, pero a penas intento saltar para bajarse de la roca la fanaloka lo atrapó.

La fanaloka agarro con algo de fuerza la nuca del lémur con sus dientes.

El lémur solto un quejido de dolor y miedo. Le dolía, pero por suerte no hay sangre en su nuca.

La fanaloka se llevó al lémur arrastras.

El lémur sintió que se le hiba el alma. Vio como su alrededor cambiaba y poco a poco perdió el conocimiento.

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Abrió sus ojos y vio que estaba en una especie de agujero dentro de un árbol. Estaba en un lugar muy cómodo de echo. Estaba en un nido hecho con hojas de los arboles.

Pero ya sabía como llego aquí.

Rápidamente miro a su alrededor para ver si la fanaloka estaba aquí. Para su suerte si estaba ahí.

En una esquina la fanaloka lo estuvo observando durante un largo tiempo.

El lémur sintió que se hiba a orinar; su corazón latía por minuto. Derepente...

La fanaloka comienza acercarse de forma lenta hacia el lémur.

El lémur se hizo bola por miedo y estaba listo para ser devorado, pero...

Solo sintió algo húmedo en su pelaje.

Miro a la fanaloka y vio que la fanaloka lo estaba lamiendo de forma suave.

El lémur solo se quedo quieto por instinto. No se movió para nada.

Mientras tanto la fanaloka seguía con su trabajo hasta que poco a poco se subía al nido hasta estar encima del lémur.

El lémur vio como la fanaloka se detuvo. La fanaloka lo miraba fijamente con sus ojos penetrantes que brillan en la oscuridad.

El lémur sintió que se calentaba y poco a poco sintió un leve escalofrío en su cola.

La cola de la fanaloka y de él estaban entrelazadas.

El lémur se puso más nervioso ahora y sintió como las garras de la fanaloka se aferraba a los costados de su cintura.

Con un gruñido la fanaloka hizo que el lémur se pusiera boca bajo.

Hay es donde el lémur entendió la razón por la que la fanaloka macho lo trajo.

La fanaloka quería apararse.

ISTINTOS PRIMITIVOS [Karlien] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora