El fin de semana siguiente, Leo no va a la casa y en cambio sale para el cumpleaños de Alma. Se sorprendió cuando ella lo invitó y se mostró reacio a ir; él y Clara no habían hablado mucho desde el domingo y sin duda Antonella estaría ahí, lo que podría ser incómodo.
Sergio lo anima a ir, le dice que necesita salir más, porque cuando no está en el club, está en la casa.
Todos ya están bastante borrachos cuando llega al bar: Alma, Antonella y Clara, algunas otras personas que no reconoce. Inmediatamente le arrojan un vaso de fernet a la mano, y luego otro. El cálido zumbido del alcohol se instala.
-¿Cómo andás Leo?- Anto sonríe y lo envuelve en un abrazo.
Sus manos se posan en el centro de su espalda, manteniendo todo respetuoso y cortés. Por encima de su hombro, ve a Clara observándolos por encima del borde de su copa de cóctel.
-Estoy bien. Cómo andas vos? La estás pasando bien?-
-Obvio que si, mi mejor amiga sólo cumple 29 años una vez-
Leonel no recuerda que los cumpleaños número veintinueve sean particularmente notables, pero supone que hay razones peores para festejar.
La noche gira en espiral desde ahí. Los otros amigos de Alma son de un círculo bastante exclusivo y compran varias rondas de tragos para todos. Leonel prueba tragos que no le gustan así que compra cerveza para sí mismo, y antes de que el reloj marque la medianoche, está completamente borracho. No puede recordar la última vez que estuvo así, quizás nunca.
Sergio y Clara intentan llevarlo a la pista de baile, pero él se niega: está borracho, pero no tanto. Se recuesta en su asiento, con los ojos entrecerrados enfocados en la pista de baile, mientras observa a Clara balancear sus caderas al ritmo de la música. Hay algo sensual en sus movimientos, suaves y fluidos.
A Leo nunca le gustó bailar, pero está tan tentado de salir y unirse a ella, agarrar sus caderas y guiar esos movimientos con sus manos. Y de vez en cuando, ella mira al otro lado y lo mira a los ojos, y él cree que ella también podría querer eso.
Siente que alguien lo observa y gira la cabeza hacia la izquierda, encontrándose con la mirada de Alma. Ella mira cómo a sabiendas, mira sin pestañear. Lo hace moverse en su asiento, incómodo, hasta que ya no puede soportar el peso de su mirada y abandona abruptamente su asiento.
Hace calor cuando sale. Se apoya contra la pared del bar y enciende un cigarrillo, algo que sólo hace de vez en cuando. Es el único en el área de fumadores y disfruta del silencio por un minuto, el bajo pesado de la música del bar amortiguado por la puerta cerrada.
-¿Estás solo?-
Exhala, la cara sonrojada de Clara aparece entre las volutas de humo.
-¿Estás bien?-pregunta, observándola tropezar y luego apoyarse contra la pared a su lado.
Hay una sonrisa tonta en su rostro y una falta de concentración en sus ojos. Se pregunta si se ve igual.
-Estoy bien- responde ella, apoyando su sien contra la pared.
-Quería ir a buscarte. Te extrañaba ahí adentro-Él se ríe suavemente, inclinando la cabeza hacia atrás, reflejándola.
-La estabas pasando bien bailando sola me parece-.
Ella sonríe, los párpados brillantes revolotean sobre sus ojos profundos y oscuros.
-¿Queres saber algo?- pregunta, la travesura baila en esos ojos.
-Decime Clari-
-Te considero mi primer amor- confiesa.
Es como una patada en el estómago que lo deja sin aliento.
ESTÁS LEYENDO
《La Boda || Leo Messi》
RomanceLeo es invitado a la boda de su mejor amiga, de quien está enamorado desde la infancia y reflexiona sobre cómo seguir con su vida.