αмσя σ σвѕєѕιóη? | ᴹⁱʳᵃᶜᵘˡᵒᵘˢ ˣ ʳᵉᵃᵈᵉʳ

𝟎𝟏 ‧₊˚✧

┊ 𝐅𝐎𝐑𝐌𝐀𝐓𝐎 ⠀ཾ༵࿇ ˼ — One shot.

┊ 𝐄𝐌𝐏𝐀𝐑𝐄𝐉𝐀𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎 ⠀ཾ༵࿇ ˼ — Felix x lectora! 

┊ 𝐖𝐀𝐑𝐍𝐈𝐍𝐆𝐒 ⠀ཾ༵࿇ ˼ — Fluff, acoso. 

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Caminar sola era normal para ti, tomando en cuenta que vivías en una zona tranquila y bastante habitada. Aparte de vivir cerca de tu escuela, no era peligroso volver sola, algo que te encantaba.

Uno de esos días, no te sentías tranquila. Tus músculos estaban tensos, caminando lo más rápido que podías, unos ojos observaban cada paso que dabas a la distancia, y era notorio. Luego de un rato, la voz de tu amigo, Félix, llamó tu atención.

-__. – Te llamó, mientras caminaba a tu lado. Por un momento te asustaste, pero te sentías un poco más tranquila.

- ¡Félix! ¿Qué haces por aquí? –

Seguían caminando hacía tu casa, mientras abrías una charla. Félix no hablaba demasiado, pero contigo se veía un poco más abierto que con la gente del alrededor.

-Caminaba a la casa de mi tío. – No agregó mucho más, y se quedó en silencio.

-Nunca conocí a tu tío, ¿Cómo se llama? – Le querías sacar charla, ya que, aunque se conocen hace mucho tiempo, no sabías mucho sobre su vida, menos sobre su familia.

-Gabriel. –

Luego de un rato de charla, llegaron a la casa de su tío. Era familia de los agreste. No te habías dado cuenta que era muy similar a Adrien, tu compañero de clase.

-Nos vemos. – No dijo mucho más, y entró a la mansión. Sabías que él no vivía en París y que estuviera por mucho tiempo en el mismo te parecía raro. Normalmente, sus vacaciones eran de unas semanas, no tenías por qué se estaba quedando en París por tantos años.

Con eso todavía en tu cabeza, seguiste tu camino a casa. Poco después llegaste, cansada. La comida ya estaba hecha, sólo te quedaba calentada. Comiste. Había sido un día largo y una ducha relajó todo el estrés que guardabas.

Ya llena y limpia, solo quedaba descansar. Hiciste camino a tu cama, relajándote.

Al acostarte, no te podías dormir. Todo se sentía raro ahora, como si alguien estuviera observando cada movimiento que hacías, a donde ibas... Borraste esas ideas, y dormiste.

Tu pecho estaba agitado, tu respiración pesada y tus ojos lloraban. Habías tenido una pesadilla, y no te sentías bien. Con tu pulgar secaste tus lágrimas, para volver a dormir.

Un peso cayó sobre la cama, dándole calor. Era una noche fría, y tus sabanas no eran abrigadas. Félix sonrió cuando lo abrazaste, devolviendo el abrazo con una sonrisa. Fue una de las pocas veces que una persona lo hacía sonreír.

-Que linda. – Murmuró, para continuar abrazándote por el resto de la noche.