Chocomenta (L)

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—. Ahora si no voy a poder contenerme...

Las manos rígidas guiaron la cadera de la castaña a dar círculos en el centro bajo del chico, frotando con frecuencia la intimidad de la castaña quien ya estaba en un estado que no hace falta mencionarlo, solo digamos que ya estaba fuera de si, soltando jadeos y uno que otro quejido muy excitador para su contrario, la boca de la chica fue directo al cuello de su pareja, lamiendo desde la unión entre su hombro y cuello, toda el área del cuello fue succionado por su pequeña boca caliente quien provoco unos cosquilleos muy hirientes en la virilidad del chico, además de unas marcas rojizas en su atractivo cuello. El calor invadió la pequeña habitación de la pequeña joven gravitacional, despojado de su sudadera color negra y su camiseta blanca, las finas gotas de sudor bajaron por su rostro generando un fuerte rubor en la amante de los mochis, sus manos se introdujeron por debajo de su blusa de tirantes, tomada por los bordes fue subiendo teniendo que levantar los brazos para sacarla completamente, su delgado sostén color lila fue cubierto por una de las manos de su pareja quien apretó con delicadez uno de sus pechos

Uraraka: Ah~

—. Se siente bien...?
[Dijo, masajeando esa parte blanda, tirando de su pezon con algo de brusquedad]

Uraraka: S-si mgh~
[Intentando ahogar los quejidos]

—. Déjame oír tus dulces gemidos, no intentes contenerte
[Susurró cerca del oído de la fémina ojos de avellana, provocando que el color rojo subiera de tono]

Uraraka: Porque dices esas cosas tan vergonzosas
[Dijo, su contrario le mordió levemente el lóbulo de la oreja, provocando que la excitación aumentará]

—. Solo mírate, me encanta ver tus lindas expresiones
[Con su mano libre, acaricio su cadera, vientre y por último llegando a la entrepierna]

—. Además... veo que necesitas un poco de esto
[Quitando el tirante de sus bragas del mismo color que el sujetador, frotando sus dedos en los labios vaginales de la mochi, bañando sus largos dedos con su humedad]

Uraraka: Ah~ no pares ugh~
[Sintiendo esos dedos ajenos frotar con algo de fuerza su interior rosado]

—. Si si como digas, ahora sigue...
[Intento introducir uno de sus largos dedos, con el intento cumplido empezó a sacar y meterlo en ritmo]

Uraraka: Oh!~
[Gimió]

—. Esto...

La acción de cierto chico fue una sensación placentera para la mochi, esta jadeaba y al hacerlo, para su chico eran súplicas de querer aún más de él, el rostro sin identificar por medio de la oscuridad de la noche y el brillar de las estrellas, aún lo hacia más excitante para Uraraka, metió el segundo dedo, al hacerlo este empezó con un suave vaivén que volvería loco a cualquiera, las mejillas rosadas de la de ojos chocolate era una imagen tentadora para cualquiera, pero más para su amante, beso con desesperación esa boquita jadeante, succionando su lengua y metiendo la suya en una erotica danza bucal, la saliva era derramada en hilos por la comisura de los labios de ambos, y el placer por unir sus cuerpos era más que un estimulante para estar despiertos en casi toda la noche, los pantalones de su amante fueron bajando en acción de Uraraka, quien se sentía algo sumisa ante su amorío y quería también que se sintiera tan bien como ella lo está

Uraraka: Déjame, hacerte sentir... bien
[Los pantalones negros, rasgados de las rodillas estaban en el suelo, al igual que el bóxer azul marino]

—. Mochi, que piensas hacer...
[Su sonrisa era desafiante, pero sentía un gran deseo por que esa húmeda y caliente boca, tenga su virilidad dentro de ella]

Uraraka: Ugh~ esto...

Metió el pene de si amante en su boca, succionado y lamiendo cada zona de la virilidad del chico, aunque no quería dejar escapar ningún ruido lascivo, no pudo evitarlo, la humedad en su miembro era un deleite que no tuvo otra opción que dejarse llevar por el deseo, y el pedir de su cuerpo siendo cocido en un inexistente horno caliente de lujuria y placer, los gemidos roncos eran una dulce melodía para la castaña ya que nunca había oído esos quejidos bastante lascivos y dulces, quería escuchar por unos momentos más así que succionó con más fuerza haciendo que el chico soltara un grito de placer

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