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Sorpresas
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¿Que les parece otro salto en el tiempo?
Mas o menos 3 días después del resfrío de Spreen. Que, por cierto, ya está bien.

Cómo siempre el par de madre e hijo estaban haciendo su rutina diaria, con el pequeño detalle de que desayunaron antes de ir, así que llegaron un poco más tarde.

¿Ya los tengo artos con ese inicio no?

Estos al llegar, siguieron esperando y decidieron hacer un almuerzo, quedándose un rato más.

Pero algo se les hizo bastante raro.

Había un ruido que se escuchaba que normalmente no estaba, pero estos pensaron que era solo su conciencia y decidieron ignorarlo.

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Al terminar su almuerzo estos empezaron hablar antes de irse, decidieron darle una oportunidad a ese extraño y novedoso ruido.

— Emmm... ¿Ma?- Dijo el esqueleto

— ¿Que paso Missa?- Preguntó

— Te quería preguntar por un ruido que escucho, no se si es mi cabeza o- Fue interrumpido por el oso.

— Si, yo también lo escucho. ¿Será el tren?- Contesto ansioso el oso.

Sentía nervios y adrenalina por alguna razón. Solo que si llegaba a ser el tren no sabía si se le iba a salir el corazon, todo el tiempo que lo espero y llegué para que de frutos tada su espera...

Sería tan bonito que justo llegar-

Creo que hable de más.

En ese momento un tren venía paseando por las vías deteniéndose enfrente de la dos únicas personas.

Ellos estaban demaciado sorprendidos y lo único que pudieron hacer fue levantarse de sus asientos y acercado un poco al tren mirando la puerta abrirse.

Missa estaba temblando del miedo y felicidad, por qué aún que parezca exagerado, no se veían hace bastante, eran una familia muy unida. También el chico quería muchísimo a su papá y si era el se caía de cola ¡Por dios que emoción y cuánta adrenalina a la vez! Todo recordá su cuerpo de pies a cabeza.

Mientras tanto Spreen, no estaba temblando tanto como Missa, pero sentía que en cualquier momento sus piernas dejaban de funcionar y se caeria, además de la hermosa pero odiosa adrenalina que, como Missa, lo llenaba de pies a cabeza. Tenía las expectativas y ánimos por las nubes, ¡Ojalá salga su esposo de ese tren o jura que lo quema y explota todo!

En ese momento estaba todo en cámara lenta hasta que vieron a alguien salir...

Era alto, tenía ropa negra, roja y tal vez blanco y azul.
Era un ente con dos halos en su cabeza de color blanco y rojo.
Y sobre todo, sin ofender, ¡Era puramente negro como el carbón!

¡¡ERA EL!!
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CHAN CHAN CHAAAAAAAANNN

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