¿UN REINO?

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Bajando hacia donde se encontraba mamá la reina Victoria con alrededor de su señorita y dos caballeros formales altos con aspecto desconocido.

-Buenas tardes- me incline como una buena princesa

Que hipócrita de mi parte.

-Buenas tardes- respondieron los dos caballeros con la misma reverencia

-Él es rey Federico- me miro el señor alto con aspecto elegante con su barba de un rey eso lo caracteriza de ser lo que era. - Y el príncipe Adel

Solo con verlo deslumbraba todo lo bueno, aunque parecía de esos que siguen las reglas al pie de la letra, que no sea egocéntrico, que no lo sea, me lo decía.

-Princesa Varsha- extendió su mano y yo extendí la mía dejando un beso por encima de la tela de los guantes.

Sonreí amablemente, aunque ya me imaginaba las intenciones de mamá que me casara con él tenía ya veintitrés años y no concebía el honor del casorio no me gustaba esa idea quería ser liberal no esclava de un marido.

-Nos vamos -hablo mamá hacia todos

Seguimos los pasos de ella saliendo del enorme castillo de Naviel, subiendo al carrusel nosotras a un lado y los dos caballeros a nuestro frente, el camino no se me hacía conocido no que íbamos a tomar el té con la condesa.

Falso, falso.

Mire que en la parte de atrás venía otro carrusel, que extraño me lo decía acaso me va vender mi mamá.

-¿A dónde nos dirigimos? - hable con curiosidad e ingenuidad.

Se quedaron viendo mi mamá y el rey al parecer el príncipe tenía la misma duda en su cara se notaba la misma curiosidad de la mía y la intriga de saber que se traían entre manos ellos dos.

-Cuando lleguemos los sabrás Varsha- tomo de mi mano mi mamá

No dije nada más, era un lugar bastante lejano del castillo que cada minuto se me hacía eterno sin hablar ni nada sabiendo que este viaje porque así lo era hubiera traído conmigo mi libro de bocetos y dibujaba algo para luego pintarlo. Pasaron como dos a tres horas en el camino hasta que llegamos a un pequeño pueblo con el nombre de pueblo bajo de Naviel, nunca había venido aquí realmente nunca había salido del castillo a más que en las noches.

-¿Dónde estamos? - pregunté mientras bajaba del carrusel

-Es un pequeño pueblo con diez familias contadas todos y necesitan ser liderados y se extienda- hablaba la reina Victoria mientras caminaba del brazo del rey

¿Liderados y extendidos? a que se refiere con eso.

-Así que los hemos traído aquí a los dos como herederos de los reinos a que lideren este pequeño pueblo como marido y mujer- lo dijo tan sereno el rey dándonos la espalda

No me había equivocado mi madre me había vendido nos habían vendido viendo la cara del príncipe no era de nada contenta su admiración y enojo lo decían todo. Creo que desde ese momento nos habíamos convertido en los príncipes rebeldes y lo peor de todo que no podíamos decir nada solo callarnos y seguir sus estúpidas reglas y decisiones.

-¿¡Qué!?- fue lo que salió de mi por dentro arrepintiéndome de haberlo dicho

Los dos se detuvieron y regresaron a verme con cara de que acabas de decir, pase saliva y moría de nervios y miedo.

-Que se casarán y vendrán a vivir aquí durante la luna de miel construirán un pequeño palacio para los dos y sus sirvientes, está dicho- diciendo eso continuaron con el camino

Durante todo el camino me había mantenido en blanco no había conocido nada de este pequeño pueblo solo veía personas que hacía reverencia cuando pasábamos que eso detestaba que lo hicieran, en un momento nos quedamos parados ellos miraban adornos de barro puestos en una mesita con unos niños que los mostraban.

-¿Estás bien? - me habló el príncipe sacándome de mis pensamientos

-Tú lo estas- lo dije eufórica

-Lo que quiero en este momento es romper algo y gritar

En su voz se notaba todo el enojo que traía

-Ahora somos dos

Los dos suspiramos al mismo tiempo que eso hizo salir una sonrisa por parte de cada uno.

-¿Crees que podamos liderar todo esto?

-No lo sé- dije decepcionada

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Había llegado la puesta del sol me encontraba en mi habitación pensativa y decepcionada durante el camino de regreso no dije ni una palabra y tampoco al llegar y eso que mamá quiso hablar no quería ni verla en este momento viendo que el sol ya estaba los minutos de ocultarse me puse un pantalón vaquero y una chompa así nadie me reconocía no iba esperar a Beatriz así que me salte la barda de mi ventana cayendo mire si no se encontraban guardias y salí sin darme cuenta ya estaba afuera del encierro de mi madre. Fui hacia el bosque ahí se encontraba una pequeña cabaña entre en ella poniendo seguro a la puerta y encendiendo unas velas colocando el lienzo y las pinturas empecé dibujando un fondo oscuro gotas y gotas ahora rayos sin darme cuenta había dibujado dos niños tristes entre la concentración escuché ruidos a los lados como voces.

Apagué las velas y me puse en un rincón con miedo entre eso cogiendo un palo que se encontraba a mi derecha desde ahora ya me estaba arrepintiendo de haber salido he ido al bosque, las voces cada vez se hacían más fuertes y mi miedo aumentaba.

Protégeme de lo malo Dios.

-¡No voy a poder sobrellevarlo! - escuchaba que alguien hablaba con otra persona

-Claro que podrás no creo la princesa sea de lo peor

Así que hablaban de mí o de otra princesa, no soy la única.

-Es algo engreída

Disculpa.

No eres tú no lo eres.

-La princesa Varsha se la ve buena gente- coincido con el desconocido

-Los pocos segundos que la conocí fue extraña y demasiado seria

Así que, si hablaban de mí, pero ¿extraña? y ¿sería?, qué le pasa.

-¿Cuándo se van a casar?

Eso me interesa saber

-En la próxima puesta de sol del viernes- pero que eso es pronto- así lo decidió su mamá

Mi mamá claro, tan pronto se quiere deshacer de mí.

Que triste es esto.

-Vámonos que ya mismo suenan las campanadas

¡Las campanadas!

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⏰ Última actualización: Jun 04, 2023 ⏰

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ENTRE EL HONOR EL AMOR Y LA MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora