Día 1 - La poción rosa [Fem Vegetta] +18

3.4K 232 101
                                    

Mariana y Slime discutían en medio de la isla, a sus espaldas el atardecer acechaba, augurando la llegada de la noche. El sabio nocturno que volvía a casa en compañía de su hija, detuvo su andar cerca de ellos al notar que ninguno de los dos parecía percatarse de ese silencioso creeper que se acercaba por un costado.

El guerrero de color morado empuño su espada dispuesto a salvarles pero, Leonarda le detuvo para posteriormente negar con su cabeza, sacando un letrero morado que decía «Mariana malo».

—Leo, una lección que te dará tu padre, escucha que esto es importante. Es muy fácil salvar a tus amigos, eso es de valientes pero, es más «honorable», salvar a quienes dices tus enemigos —pronunció cada sílaba de esa palabra—. El honor es lo que me obliga a salvar su vida —comenzó su andar.

Un tajo rápido y el creeper retrocedió, se escucharon los gritos de Slime y Mariana, quiénes estaban más asustados por el sigilo de Vegetta, que por la presencia del Mob.

JuanaFlipa se acercó a Leo, y parecían conversar algo mientras el guerrero de morado terminaba con un enderman que también decidió unirse a la fiesta.

Leo se consternó por lo que le comunicó su hermana, y se apresuró a acechar a Mariana, mientras una nerviosa huevo con lentes le miraba.

La cautelosa huevo con gorra roja fijó su vista en aquella poción rosa neón que colgaba de la mochila de Mariana. En medió de la confusión por la llegada de Vegetta y la batalla con los enemigos, Leonarda la tomó.

Volvió corriendo a donde su hermana.

—Vayamos al pueblo que está cerca, seguro que ahí podremos pasar la noche —dijo Vegetta mientras Leonarda se pegaba a él como chicle.

JuanaFlipa que parecía nerviosa también se acercó a su padre Slime y se aferró a él mientras miraba a Leo esconder la poción entre sus brazos.

Caminaron hacia el pueblo, donde se hospedaron en una cabaña por un módico precio de 5 esmeraldas. Juana y Leo comían tostadas con aguacate que Vegetta había preparado para ellas, mientras fuera de la cabaña aún se oía reñir a los padres de la huevesilla con lentes.

—¿Ellos siempre son así? —preguntó el Sabio, Juana al sentirse observada afirmó tímidamente— Qué intenso es el amor de tus papás ¿No?, sienten tanto el uno por el otro que si no se aman, se odian —rio en un intento de amenizar el ambiente mientras se quitaba la armadura.

De la nada un gritó de Mariana les hizo sobresaltar a todos.

—¿Dónde está? —Hubo una pausa donde se escuchó una torpe respuesta de parte de Slime— no me interesa lo que creas, la necesitamos, ¡Busca y deja de balbucear!

Su estridente gritó vino acompañado del azote a la puerta donde entraron los padres de Juana, Mariana tenía el rostro pálido.

—¿Todo está... —el Sabio no pudo terminar su oración cuando el mexicano volvió a gritar.

—¡Ahí está! Leo dame esa poción.

Vegetta giró incrédulo a su hija quien escondía algo bajo la almohada.

—Leonarda —la voz de su padre fue serena—. Dame lo que tengas bajo la almohada —el huevito negó efusiva—. Leonarda —Le advirtió su padre con más autoridad.

La pequeña se mostró molesta, no quería ser castigada por su padre así que sacó la poción rosa y caminó hacía él.

—Eres una ladrona Leonarda —le acusó Mariana.

—Ladrona no, lo tomó prestado ¿verdad que si mija? —la huevita afirmó— No sé de dónde aprendió esto, seguro de Foolish —una risilla tonta delataba su comentario—. Ahora Leo regresa eso a Mariana.

Fooligetta WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora