Destellos poéticos

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Aquino era un joven pelimarrón, de estatura baja y ojos miel, con una pasión desbordante por la poesía y la filosofía. Se perdía en los versos de grandes escritores y encontraba consuelo en las palabras que expresaban las profundidades del alma. Por otro lado, Conter, un chico peliblanco con ojos verdosos y pecas, era un espíritu sencillo y carismático. Siempre llevaba consigo una sonrisa contagiosa y tenía la habilidad de hacer reír a todos los que estaban a su alrededor.

Un día, Aquino y Conter se encontraron en la biblioteca de la escuela secundaria. Aquino estaba absorto en la lectura de un poema, mientras que Conter buscaba un libro para un trabajo escolar. Sus miradas se cruzaron y el tiempo pareció detenerse por un instante. Aquino, atraído por la energía y el encanto de Conter, se acercó tímidamente y le preguntó si también le gustaba la poesía.

Conter, con una chispa en sus ojos, respondió con entusiasmo que aunque no era un experto, le encantaba descubrir nuevas formas de expresión artística. Aquino se sintió cautivado por la sinceridad de Conter y comenzaron a compartir sus pensamientos y poemas favoritos. Aquel encuentro en la biblioteca fue solo el comienzo de una conexión especial.

Con el tiempo, Aquino y Conter se convirtieron en confidentes y compañeros de aventuras. Pasaban horas juntos, paseando por el parque y debatiendo sobre los misterios de la existencia. La poesía y la filosofía se entrelazaron en su relación, creando una conexión profunda y enriquecedora.

Un día, mientras caminaban por el parque, Aquino encontró un pequeño guijarro que habían recogido juntos el verano anterior. Aquel simple objeto se convirtió en un símbolo de su amor y conexión duradera. Sosteniendo el guijarro en su mano, Aquino le dijo a Conter: "A veces me pregunto si aquel lugar en Wicklow nos extraña. Ellos dijeron que el fin se acerca y todos están ocupados con algo. Pero cuando vuelvo a casa, todo lo que deseo son tus dulces palabras".

Conter sonrió y abrazó a Aquino con ternura. Le confesó que, en el camino de regreso a casa, había escrito un poema inspirado en su amor. Aquino quedó asombrado por la belleza de las palabras y por la forma en que Conter podía capturar la esencia de sus sentimientos. "Dicen que el fin se acerca, que todos están ocupados con algo. Pero cuando estoy contigo, todo lo que deseo son tus dulces palabras", recitó Conter suavemente.

A medida que su relación se fortalecía, Aquino y Conter se apoyaban mutuamente en medio de los desafíos y las adversidades. Juntos, enfrentaban a aquellos que intentaban socavar su conexión especial. Las voces externas que demandaban más y más de ellos se desvanecieron en comparación con la dulzura y la tranquilidad que encontraban en el uno al otro.

Aquino y Conter aprendieron que la autenticidad y el amor verdadero no se encuentran en las expectativas de la sociedad, sino en la simplicidad de los momentos compartidos y en las palabras llenas de cariño. Descubrieron que la verdadera felicidad estaba en las dulces palabras y en el apoyo mutuo, no en las demandas y las expectativas externas.

Juntos, Aquino y Conter continuaron su viaje romántico, encontrando consuelo en las letras de las canciones y los versos de los poemas. Su amor floreció en medio de la poesía y la filosofía, creando una relación llena de comprensión, aceptación y dulces palabras que trascendían el tiempo y el espacio.

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Indicación:

"Relata una historia romántica entre Aquino, un pelimarrón bajito ojimiel fan de la poesía y filosofía, y su pareja, Conter, un peliblanco de ojos verdosos y pecas bastante sencillo y carismático, considera la siguiente lirica en el relato: /Sweet Nothing - Taylor Swift."

chatgpt escribe ── conterquino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora