Capitulo 20

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Abrí mis ojos con pesadez y me quedé viendo mi techo por unos largos minutos para luego levantarme.

Mi cuerpo sentía calor por lo que tome una ducha fría, al terminar de arreglarme Héctor tocó la puerta de mi cuarto.

-Alessia...como te sientes?

-Estoy bien así que no te preocupes, tengo que encargarme de algunas cositas antes de ir a descansar por lo que necesitaré de tu apoyo.

-Si yo te ayudaré en todo lo que necesites! Cuenta conmigo!

-Bien entonces ayúdame haciendo una lista de todo lo que necesitarás para comer en estos días mientras yo termino algo en mi oficina...ah! Recuerda poner todos los vegetales entendido?

-esta bien.....

Entre a mi oficina y mandé unos correos a mi empresa con las indicaciones de todos los proyectos que debían terminar mientras yo estaba en mi celo.

Ya era medio día y siendo sincera sentía que  mi cuerpo empezaba a calentarse más y más pero eso no era lo peor, las punzadas en mi corazón hacían que mi respiración sea pesada.

-Debo tranquilizarme y mantenerme fuerte....ya he pasado por esto antes solo debo mentalizarme....en verdad duele.

Inalaba y exalana lentamente como ejercicio de meditación para tolerar los síntomas, ví mi celular y ya no lo pensé más.

*...Ana?

*Alessia paso algo?

*No mucho pero te pido que vengas a las 6 incluso una hora antes estaría bien....

*Tengo que encargarme de algo aún así estaré a las 6 en punto en tu casa pero intentaré llegar antes.

*Gracias...en verdad necesito que llegues temprano no creo resistir más tiempo.

*Si y no te preocupes terminaré de encargarme de todo para correr a tu casa.

*Bien aquí te espero..nos vemos.
Corte la llamada con alivio para luego dirigirme a la cocina.

-Alessia aquí está la lista! Puse los vegetales y luego algunos dulces importantes.

-Hector tu en serio eres una ternura.
Abracé a mi hermano con fuerza para luego agarrar la lista.

-Bien comeremos y luego iré a comprar.

El último almuerzo antes de pasar días sin mi querido hermano, converse mucho con Héctor haciendo que la noción del tiempo se fuera.

-Son las 3 y pico! Debo irme rápido, Héctor no abras la puerta a nadie a menos que sea Ana entendido?

-si....Alessia recuerda comprarme mi torta!

Héctor gritaba lo mucho que quería su torta mientras que yo salía de la casa para las compras.

..........
Ya eran casi las 5 y al fin tenía todo, los alimentos para la semana y los alimentos que me llevaría yo ya que no voy a poder recibir nada una vez que cierre la puerta del sótano.

Encendí mi coche y maneje lo más rápido hasta mi casa, al llegar Héctor me recibió y me ayudó a poner todo en su lugar menos lo que yo me llevaría, agarre lo mío y baje al sótano el cual era grande pero en el había una habitación no tan grande, la habitación del celo, solo había una cama, una mesa con una silla, un pequeño librero y un sillón chico además en el fondo de la habitación habían dos cadenas las cuales utilizaría para ponerlas en mis tobillos así yo no podría salir de la habitación, mire con desagrado el lugar porque se que voy a pasar unos días infernales aquí aún así aguante y puse la caja con los alimentos encima de la mesa para luego irme.

Los síntomas aumentaron pero Ana no había llegado aún por lo que me puse nerviosa, estaba por llamarla cuando escucho la voz de Héctor.

-Alessia!!! Alessia!!! No compraste mi torta!!!

-tor..ta?

-Si! Mi torta! No está!

Me quedé pensativa, estaba segura que había comprado todo pero si Héctor está así es porque en verdad no está la torta....

-Hector...tranquilo la torta la compraré después.

-Pero no es justo! Tendré que soportar a Ana sin un pastel?!

Mire a Héctor con pesadez y aunque me enojara que se comporte así no podía decirle nada ya que es solo un niño y no comprende la situación además el hecho de que Ana aún no llega me desespera.

-Esta bien Héctor te compraré tu torta pero recuerda que debes comportarte bien con Ana.

Agarre dinero y las llaves del coche pero al querer encenderlo me di cuenta que no había gasolina, estaba furiosa sentía que todo estaba en mi contra por lo que agarre mis llaves y me fui.

Camine con rapidez hasta la pastelería más cercana pero milagrosamente la más cercana ya no tenía pasteles porque el repostero estaba enfermo, tuve que ir a otra en la cual elegí el primer pastel que ví.

-Aqui tiene señorita un pastel de.....

-No me importa tome su pago.

-Esta bien déjeme buscar su cambio.

-Quedeselo tengo que irme.

Camine con cuidado por la torta pero mi cuerpo se empezó a calentar más, mi visión era borrosa y mi corazón dolía con cada paso que daba, trate de respirar calmadamente pero sentí como mis pulmones me apretaban, camine y camine pero cada vez todo era más negro.

Sentí la presencia de más personas por lo que instintivamente corrí en la primera dirección que ví, corría lo más rápido que podía pero el dolor con el calor del celo me eran insoportable, no sé cómo pero llegué al extremo del pueblo que para mí suerte es donde empieza el bosque, estaba exausta y mis piernas eran cada vez más débiles pero aún así trate de caminar hasta el árbol más cercano para poder descansar ahí, al tratar de sostenerme del árbol mis piernas no resistieron más y me caí.

Dolor...era todo lo que podía sentir, mi cuerpo ardía y yo tenía miedo, estaba desprotegida en un estado que cualquiera podría aprovechar para su beneficio, solo podía pensar en Héctor que estaba solo en casa...habría ya llegado Ana? Tengo que llamarla para saber....ella es la única que puede sacarme de aquí.

Agarré mi celular con las pocas fuerzas que me quedaban pero con todo lo que me cargaba ya ni me acordaba el número de Ana por lo que tuve que buscar en mis contactos pero al ser una persona muy organizada tenía a todos mis contactos guardados primero con su apellido y luego su nombre así que busque con la letra "B", solo habían dos personas con esa letra la primera era Ana y el segundo era Iván.....ví su nombre unos minutos para luego apretar el botón de llamada.

*Dígame quién me llama?- decía Iván

*......

*Hay alguien?- (con voz irritada)

*....Iván....soy Alessia.....

*A..Alessia?

*Si....yo....ayúdame necesito tu ayuda....

Volverás a mí, mi Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora