Prólogo.

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Lágrimas resbalaban por mis mejillas como gotas de agua por una ventanilla en temporadas de lluvia, el rímel se me había corrido y tenia un aspecto horrendo.

-Intenta calmarte Val.- dijo mi prima con un semblante pálido.

Quería gritarle, decirle que se callara. Que me dejara.

Camine hasta el baño del hospital sin darle respuesta y volví todo el estomago, perdóname Mati, pensé, todo va a estar bien.

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