Capítulo 2 "Contradicciones del corazón"

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Al abrir los ojos, me encontré en mi habitación sumergida en la suave calidez de los rayos del sol que se filtraban a través de la ventana. La plebeya, quien dedicaba su tiempo y esfuerzo a servir a nuestra familia, me esperaba con amabilidad. Era ella quien se ocupaba de preparar mi uniforme y ayudarme a vestirme. Mientras ella esperaba a que yo me despertara, mi mente se preguntaba qué había detrás de su expresión serena y cuál era su verdadero mundo más allá de nuestras diferencias.

"..."

"Plebeya..."

"..."

"Nn.. No te quedes simplemente viéndome, es incómodo..."

"¿Porqué? ¡¿Acaso estás dere?!"

"¿Qué cosas raras estás diciendo? De todas formas ¡¿Qué es dere?!"

Mientras aguardaba ansiosamente su respuesta, una sonrisa traviesa se perfilaba en su rostro. Me intrigaba de dónde sacaba toda esa energía para estar tan animada a esa hora de la mañana. Su vitalidad era un misterio que me dejaba sin palabras.

"No es raro ¡Es la manifestación de tu inquebrantable amor por mí!"

"T-Tú... Nunca te rendirás ¿No es así?"

Mis manos se aferraron a la almohada y la acerqué tímidamente a mi rostro, mientras trataba de desviar la mirada. Sin embargo, vi una sombra sobre mí mientras sentía que alguien se aproximaba sigilosamente hacia mí, demasiado cerca para ser real. Era la plebeya, la sentí a mi lado. Posó su mano delicadamente sobre mi mejilla. Sus manos eran cálidas y suaves, y parecían derretir mi corazón. Su mirada irradiaba un amor profundo, el tipo de mirada que solo una mujer enamorada puede dedicar a su persona amada. En ese instante, los muros que había construido para protegerme se desmoronaron.

Me invadió una oleada de pánico, junto con el impulso de retroceder, pero por alguna razón quería quedarme quieta y ver hasta dónde podría llegar, poder ver hasta dónde llegaban aquellos sentimientos a los que aún no podía poner nombre. Sus ojos en ningún momento dejaron de verme, cada vez más, traspasaban todas mis defensas. Me sentía vulnerable, como un animal indefenso capturado por su depredador. El tiempo se detuvo mientras luchaba por encontrar mi equilibrio emocional en medio de esta situación.

"B...B-Basta, D-Deja de acercarte... ¡Lene! ¿Donde estás?"

"Claire-sama, estás llamando a Lene, pero aún así pareces disfrutarlo, se ve en tu rostro~"

"A-Agh... ¡Lene!"

"Rei, deja de arrinconar tanto a Claire-sama. No podrá prestar atención en clases si haces cosas difíciles de olvidar..."

Ante esas palabras, sentí cómo la indignación se apoderaba de mí. ¿Cómo se atrevía a arrojarme directamente a los brazos de la plebeya de esa forma? La vergüenza me invadió, y con un movimiento brusco, me levanté de un salto de la cama, alejándome de ella con rapidez.

Lene, mi fiel doncella, se acercó a mí y comenzó a arreglar mi cabello como lo hacía cada mañana. Sus manos daban forma a mis rizos característicos, los cuales nunca podría decirle que dejara de hacerlos, pues eran un recordatorio constante de mi vínculo con mi madre. Cada rizo era como un hilo de conexión con mi pasado, una forma de mantener viva su memoria.

"Lo siento ¡Es que Claire-sama es tan linda con su rostro adormilado!"

"Ya Rei, ustedes tienen que llegar temprano hoy. Si la haces retrasar más, la suspenderán. Si eso sucede, no podrán tener clases juntas, por ende pasarás menos tiempo con ella y no quieres eso ¿Verdad?"

"¡Ah, eres siempre tan sabía Lene!"

"¿Porqué siento que de alguna forma me estás traicionando Lene...?"

Amor Frenesí (I'm in Love With The Villainess)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora