Otoño en tus ojos || Yeonbin

🍂Incomodidad🍂

Mini maratón 1/2

Pasados algunos días desde que Soobin y Yeonjun tuvieron ese pequeño momento de cariños en el cuarto del menor, donde este trato de hacer distancia y lo evitaba a toda costa para no hablar del tema, ya que para el dar o recibir afecto era algo sumamente intimo, y al hacerlo con Yeonjun debe admitir que se sintió bien, pero en el fondo tenía miedo de que eso le gustase demaciado. El sabía perfectamente que si hablaban de eso, o saldría muy lastimado en el intento o podría salir muy desepcionado de Yeonjun, y por ahora eso no era lo que quería.

—Hyung, ¿En qué tanto piensa?—. Se escuchó a través de la bocina a Taehyun preguntarle a Soobin. Estaba conversando desde hace un rato con sus dongaengs y de un momento a otro perdio el hilo de la conversación, quedando mudo en palabras y mirando a un lugar inespecifico.

—Nada Tae, solo en algo—. Respondió rascando con cuidado la parte superior de su cabeza, una pequeña manía que tenía al momento de hablar y estar nervioso.

—Aja, hare que le creo hyung de seguro es por Yeonjun—. Respondio insinuante Hueningkai alzando las cejas de forma coqueta a través de la pantalla haciéndoles reír a carcajadas.

—Osea si es por el, pero solo son detalles—. Resto importancia Soobin mirando su cabello por la cámara de su computador, ya  se le hacía notar demaciado las raíces, y queria volver a su color natural.

-—Yo digo que la mejor opción es que hablen de ello, al fin y al cabo Yeonjun hyung trató de coquetearle en el parque de diversiones ese día—. Aclaró Taehyun, quien se encontraba mirando a su hyung y a su lindo novio por la cámara lanzandole unos besos voladores de vez en cuando.

—Creo que lo hare chicos, adiós—. Dijo Soobin cerrando su computadora y quedandose sentado en la silla un buen rato, se sentía últimamente como un estorbo por estar de gratis en la casa de Yeonjun y no sabía de que trabajar, pensaba que su unica paga que podría tener era que se acostaran, un trato de que Yeonjun le ofrecía un techo y el entregaba su cuerpecito todo virgen.

Salió de su habitación lentamente rascandose su estómago con flojera, llendo al refrigerador por un poco de agua y tal vez algo de helado, cuando de repente se sobresalto al sentir una mano conocida en su hombro y soltó un pequeño suspiro siguiendo su camino hacía el refrigerador. Escucho por detrás de el como Yeonjun suspiraba y se sentaba detrás bloqueando toda alternativa para escaparse de su conversación pendiente.

-—Soobin—. Dijo el pelirosa con un tono serio haciendo tragar con nerviosismo al peliazul. Soobin no tuvo mas opción que voltearse y ver directamente a Yeonjun con algo de pena por comportarse así, sabiendo que vivían bajo el mismo techo.

—Yo.....—. Trató de decir Soobin pero simplemente mordió su labio inferior en forma nerviosa que siempre llego a tener.

—Soobin-ah, ¿Porqué estas ignorandome?—. Cuestionó Yeonjun mirando fijamente a Soobin y para que mentir, desvió la mirada a sus labios gruesos y esponjosos quisiendo ser el dueño de estos y el único que pudiera besarlos, pero lastimosamente eso aún no podría ser.

-
—Me siento incomodo, ¿Sabes?, ese momento de la otra noche me hizo pensar mucho.....y que probablemente solo me quieres aquí para otras cosas y darme un techo por ello—. Dijo el peliazul sentandose en la mesa de la isla y cruzando sus piernas moviendolas suavemente mientras aún tenía su cabeza gacha,  con los nervios a tope y vergüenza calandole hasta la llema de sus dedos debido a que no acostumbraba decir las cosas asi de esa manera, y Yeonjun no mejoró las cosas al levantarse de esa silla e ir con el.

El pelirosa, con la actitud más calmada del mundo se levanto de su silla llendo hasta dónde Soobin quedando muy cerca de su rostro para ser verdad, con cuidado subió su mano a la alacena que tenían arriba de ellos y saco una pequeña caja de «Peperos». El mayor con algo de paciencia saco uno con cuidado y con su mano libre levanto el mentón de Soobin haciendolo soltar un suspiró por la cercania,  introduciendo la parte amarilla de aquella sustancia en los dientes del peliazul y comenzó el a comerse la parte de chocolate con calma, hasta llegar a la otra punta amarilla, dónde sus rostros estaban peligrosamente cerca alarmando mucho al peliazul. Yeonjun cerro la distancia entre sus labios y beso con dulzura  a Soobin pegandolo contra la pared prácticamente acorrlandole y con sus manos en sus caderas tomandolas con firmeza.