La tarde caía lentamente sobre Ravenbrook mientras Claire ingresaba al estudio abandonado de Richard Hoskin. El aire estaba cargado de un silencio inquietante, solo interrumpido por el sonido de sus pasos resonando en el suelo de madera gastada.
El estudio estaba lleno de pinturas a medio terminar, lienzos cubiertos por sábanas blancas y botes de pintura desgastados. Pero su mirada fue directamente hacia el rincón oscuro donde se encontraba el retrato de Hoskin. Allí, bajo una luz mortecina, la imagen de aquel hombre atrapado en el lienzo parecía cobrar vida.
Claire se acercó lentamente al retrato, cautivada por la intensidad de la mirada de Hoskin. Era como si aquellos ojos oscuros y penetrantes la observaran, escudriñando su alma. Se estremeció y apartó la vista, luchando contra la inquietante sensación que la invadía.
"Debo concentrarme en mi trabajo", se dijo a sí misma, tratando de alejar los pensamientos perturbadores que la acechaban. Sacó sus herramientas de restauración y comenzó a examinar el lienzo con cuidado, buscando signos de deterioro y daño.
Mientras trabajaba, los susurros siniestros que resonaban en su mente aumentaron en intensidad. Parecían voces que murmuraban en un idioma desconocido, sus palabras cargadas de un malestar profundo y oscuro. Claire se sobresaltó y miró a su alrededor, pero no había nadie más en el estudio. Solo ella y el retrato de Hoskin.
"¿Quién eres realmente, Richard Hoskin?", murmuró Claire en voz baja, sintiendo cómo la presencia del pintor se hacía cada vez más fuerte en el lugar.
En ese momento, un sonido metálico resonó en la habitación. Claire giró bruscamente la cabeza hacia el origen del ruido y se encontró con una caja antigua sobre una mesa cercana. Se acercó y la abrió con cautela, revelando un conjunto de cartas amarillentas.
Las cartas estaban escritas con una caligrafía elegante y eran correspondencia entre Richard Hoskin y un misterioso coleccionista de arte llamado Samuel Blackwood. Claire comenzó a leer, sintiéndose como una intrusa en la intimidad de aquellos hombres.
"Estimado señor Blackwood,
Le envío mi última creación, el retrato que captura la esencia del horror humano. En él, he dejado impregnada una parte de mi alma, una parte oscura y torturada. Le ruego que lo guarde con extremo cuidado, ya que siento que el lienzo alberga una fuerza que va más allá de nuestra comprensión.
Además, le advierto que aquellos que se atrevan a contemplar el retrato se verán arrastrados hacia un abismo de pesadillas. Es un precio que deben estar dispuestos a pagar si desean adentrarse en los misterios que encierra.
Con respeto,
Richard Hoskin"
Claire se estremeció al leer las palabras de Hoskin. La advertencia era clara y aterradora. Comprendió
que no solo estaba lidiando con una obra de arte inquietante, sino con algo mucho más peligroso. ¿Qué oscuro secreto se ocultaba tras el retrato de Hoskin?
Decidida a desentrañar la verdad, Claire se dirigió nuevamente hacia el lienzo. Esta vez, su mirada se encontró directamente con la del hombre en la pintura. Era como si los ojos de Hoskin la atraparan, envolviéndola en una telaraña de terror.
"¿Qué te sucedió, Richard?", preguntó Claire en un susurro, como si el pintor pudiera oírla. "¿Qué ocultas en tu obra?"
Un escalofrío recorrió su espalda cuando, por un instante, pareció ver una sonrisa maliciosa en los labios del retratado. Las sombras que danzaban a su alrededor parecían cobrar vida, moviéndose en una danza macabra y amenazadora.
Claire se alejó bruscamente del lienzo, su corazón latiendo desbocado. Era como si el retrato de Hoskin tuviera el poder de manipular la realidad, de desatar fuerzas sobrenaturales que estaban más allá de su comprensión.
Aunque el miedo la envolvía, la determinación de Claire se fortaleció. No podía permitir que el mal contenido en el retrato de Hoskin se propagara por Ravenbrook. Debía descubrir la verdad y encontrar una manera de detener la oscuridad que amenazaba con consumir todo lo que amaba.
Con una última mirada hacia el retrato, Claire juró que no descansaría hasta que el misterio fuera resuelto y la paz fuera restaurada en su ciudad. Sin embargo, no podía ignorar la sensación de que, a partir de ese momento, nada volvería a ser igual.
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El Retrato de Hoskin
HorrorEn la tranquila ciudad de Ravenbrook, un enigmático y misterioso pintor llamado Richard Hoskin emerge de las sombras con su última obra maestra: un perturbador retrato que parece capturar la esencia misma del horror. Sin embargo, detrás de su aparen...