7. Nuestro refugio

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7 de julio.

10:15h.

Distrito comercial de Miyakoyima

El cálido verano envolvía a los protagonistas mientras paseaban por las calles de Miyakoyima.

La ciudad estaba impregnada de una atmósfera mágica, se acercaba el famoso festival de las luces de Okinawa.

Los ojos de Sasaki brillaban con emoción mientras recorrían las tiendas tradicionales de kimonos y yukatas. Cada escaparate mostraba una paleta de colores vibrantes y diseños modernos que parecían contar historias antiguas. Era difícil elegir entre tantas opciones.

Finalmente, se detuvieron frente a una pequeña tienda que parecía esconder tesoros dentro de sus puertas. El sonido de una campanilla anunció su entrada, y fueron recibidos por el suave aroma a incienso y la sonrisa cálida de Kanae.

—¿En serio?, ¿qué haces aquí? No te ha debido ir muy bien con las excursiones en kayak.

—Jajajaja pasad, pasad, a decir verdad es la tienda de mi familia, estos días se prevén un mayor tránsito de turistas y me han pedido que eche una mano...Estaré ordenando los yukatas del fondo, por si me necesitáis.

Los protagonistas exploraron los estantes, acariciando las delicadas telas y maravillándose con los patrones y colores que se desplegaban ante ellos. Cada yukata parecía tener su propia historia, como si estuvieran esperando a ser elegidos por alguien.

De repente, uno de los trajes captó la atención de Sasaki. Era de un suave tono entre el azul y el violeta. Sus ojos se iluminaron, y sin pensarlo dos veces, agarró la prenda entre sus manos.

—Creo que este te quedaría bien. —Murmuró tímidamente.

Miyano lo observó con admiración, sabiendo que había encontrado algo especial.

—Me encanta, deja que me lo pruebe y ahora me das el visto bueno.

El pelirrojo asintió, sus ojos brillaban expectantes.

Sin pensarlo dos veces, Miyano agarró el yukata y se dirigió a los probadores. Mientras se deslizaba en la prenda, su cuerpo se envolvió en una suave caricia de tela.

Al salir del probador, Sasaki lo esperaba con una sonrisa deslumbrante. Sus ojos se iluminaron al verlo, como si hubiera sido testigo de algo mágico.

Kanae asintió con una sonrisa. —Parece que has encontrado el tuyo, Miyano...Dame un segundo y os ayudo a encontrar uno para Sasaki.

El pelirrojo escogió un yukata sobrio, de color teja.

Con sus elecciones en los brazos, los protagonistas salieron de la tienda, nerviosos por el festival.

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7 de julio.

19:00h.

Habitación principal del apartamento 114

El sol comenzaba a ponerse en el horizonte, pintando el cielo con tonalidades cálidas y anaranjadas.

Los protagonistas se encontraban ordenando las piezas de los yukatas encima de la cama de la habitación, sin embargo, su armonía se vio interrumpida por un pequeño percance: una mancha misteriosa en una de las sábanas.

Sasaki frunció el ceño al ver la mancha. —¿Cómo ha llegado esto aquí?

Miyano se acercó para examinar la mancha y sacudió la cabeza con incredulidad.—Creo que precisamente eres tú el culpable...¿No recuerdas lo de ayer?...

[Sasaki y Miyano] - Apartamento 114Donde viven las historias. Descúbrelo ahora