stay with me [Remus Lupin]

-7- ¿INVITADOS?

Narrador omnisciente

Las vacaciones de verano habían sido por lo que más habían esperado los gemelos Wilson durante todo su año escolar, sin embargo, después de pasar ya un mes en su casa, lo único que deseaban era volver a Hogwarts.

Y aunque querían pensar que su tía Leticia era la razón, ambos sabían que no se debía a ella.

Es más, durante ese mes lo único que había hecho soportable su estancia en la mansión Wilson era ella, Leticia Stevens.

Gracias a su tía habían podido encontrar algo de diversión en la mansión. Habían ido a pescar con ella, cocinaban juntos, leían los tres en la biblioteca de la mansión e incluso habían practicado quidditch.

Todo ello los había llevado a acostumbrarse con la presencia de Leticia. Pero sobre todo, los había llevado a estar en deuda con su tía, de no ser por ella habrían terminando igual que su padre.

Aunque lo intentaba, Fabián Wilson no podía estar junto a sus hijos sin recordar a su esposa. Es más, no podía ni siquiera estar en su casa sin recordar a su esposa.

Cada vez que intentaba realizar alguna actividad con sus hijos terminaba hablando de Georgina, la mujer de la que había prohibido hablar a sus hijos.

Cada vez que intentaba caminar por los corredores de su propia casa, la imágen de su esposa caminando por los mismos lugares volvían a su mente. A veces ni siquiera podía dar un paso sin volver con lágrimas a su habitación.

Sus hijos obviamente notaron el hecho de que su padre no podía manejar la muerte de Georgina Wilson. Y si él no podía ¿Cómo esperaba que para ellos fuera más fácil? ¿Cómo se atrevía a prohibirles hablar de su madre cuando él gritaba su nombre todas las noches?

-¿Qué quieren hacer hoy? - preguntó Leticia.- ¿Ir a algún parque? ¿Ir de compras? ¿Ir al zoológico?

-¿Podemos ir con papá? - preguntó Ben.-

Pero su padre ni siquiera estaba con ellos en la mesa. Hace mucho que no disfrutaban un desayuno con él.

-Está algo cansado y...

-¿Y no quiere salir de su habitación? ¿Cuánto piensa quedarse ahí? - preguntó Ada.- ¿Acaso cree que encerrarse traerá de vuelta a su esposa?

-Tu madre Ada.- le habló Leticia.- Hay que entender a Fabián, ha sido muy duro para él.

-¿Y para nosotros no? - insistió Ada.- ¿Para ti no ha sido difícil? ¡Claro que lo ha sido! Pero no nos encerramos en una habitación e ignoramos a los que también sufren.

Ben, Leticia y Víctor que iba entrando al comedor se quedaron en silencio, sin saber que decir y sin excusa alguna que justifique a Fabián.

-Tienes razón.- habló Leticia.- Hablaré con él.

-Olvídalo.- respondió Ben.- Al parecer solo le importa su propio dolor.

En un intento de subirles el ánimo Víctor se sentó frente a ellos y con una sonrisa mostró una carta en sus manos.

-Vayan alistarse.- musitó sin quitar su sonrisa.- Iremos a visitar a unos amigos.

Ada y Ben se miraron por unos segundos mientras sus miradas discutían si debían o no acompañar a Víctor.

Y entonces ambos recordaron.

Una vez Víctor los había llevado a conocer a un viejo compañero de trabajo, quién los había llenado de dulces y además les había concedido el “honor” de ver a un dragón salir de su huevo.

Había sido muy divertido ver cómo Víctor casi moría de un infarto cuando su amigo le explicaba como iba a cuidar de ese pequeño dragón.

Y había sido aún más divertido cuando el dragón bebé había lanzado un poco de fuego por su hocico, quemando la larga barba del amigo de Víctor y casi rostizando a Ben.