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—Jungkook —Le llamó Irene, el día siguiente, mientras él se encontraba secando unas copas de batido y colocándolas en las estanterías desde su lado de la barra.

Jungkook, algo desconcentrado, dejó su labor y colgó el paño que tenía en mano en uno de los ganchos que había al costado de una encimera. Y secándose las manos en el mandil, se giró hacia Irene, alzando una ceja con curiosidad.

La castaña no dijo nada, solamente se apoyó en la barra y miró sus manos unidad encima de esta por unos instantes. Y ante eso, Jungkook comenzó a recrearse montones de escenarios sobre lo que podría pasar por la cabeza de Irene en ese momento que tenían que ver tanto con él como con Taehyung.

Luego de lo que había sucedido ayer, las cosas habían estado un poco tensas en la cafetería -o al menos así las sentía él-, pero la presencia de Taehyung en ese momento le había transmitido calma y se había olvidado del tema rápidamente.

Pero claro, Irene no.

En este punto, Jungkook no sabía como la castaña no se daba cuenta de que a Taehyung le gustaban los hombres.

—¿Irene noona? —Preguntó extrañado al verla perdida en sus pensamientos, y se sobresaltó al verla sacudir la cabeza de un segundo al otro y enfocar sus castaños orbes sobre él, escaneándole como una presa.

—¿Tú eres gay, cierto? —Preguntó, con una sonrisa abierta que cualquier otra persona pudo tomar como amable, pero que Jungkook la sentía tan rara e incómoda que no podía verla más de dos segundos seguidos.

Jungkook tragó saliva y miró de reojo el local, nadie se percataba de la situación -porque además, habían pocas personas como siempre y estaban en sus propios mundos- por lo tanto, nadie podría salvarle de la conversación que estaba seguro que iba a tener en ese mismo momento con Irene.

—Si, lo soy hace bastante —Afirmó luego de volver sus ojos hacia la expectante Irene, y al parecer, la chica estuvo decepcionada de su respuesta tan tajante y rápida. Dedicándole una mirada poco convencida, la chica arrugó las cejas y se irguió un poco sobre el mesón, como queriendo decirle algo necesariamente pero su boca cerrada no permitiéndoselo— ¿Por qué preguntas? —Jungkook volvió a preguntar, un tanto curioso por la extraña actitud de la castaña que había vuelto a tomar como anteriormente contra él.

Irene se descolocó ante la pregunta de Jungkook, como si no estuviese preparada para dar explicaciones. El menor la vio apretar sus labios y pestañear varias veces con sus pequeños ojos antes de responderle.

—Es que yo... eh... tengo una duda —Sonrió algo avergonzada, y Jungkook aspiró un poco de aire lo más discreto posible y miró la hora en el reloj de pared que había colgado detrás de Irene, en 10 minutos Taehyung terminaba sus clases y no quería que llegara y se encontraran, para anda del mundo lo quería—. En realidad es bastante tonta y no debería preguntártela a ti porque no se trata de ti —Jungkook alzó una ceja, algo extrañado y mil veces más curiosos que antes, aunque ya se diese una idea clara de qué quería preguntarle Irene.

Jungkook sabía leer entre líneas, e Irene quería causarle suficiente curiosidad como para que le siguiese preguntando y descubrir lo que quisiese saber de su parte y sin necesidad de preguntárselo en este caso, a Taehyung.

—Mmhm... entonces no es un tema que deberías aclarar conmigo —Jungkook negó con la cabeza, viendo el rostro de la chica quebrarse desde la bonita sonrisa persuasiva, hasta una mueca de decepción y algo de molestia.

—Si... igual gracias —Murmuró Irene apenas perceptiblemente para su oído, antes de que tomara uno de los paños que Jungkook tenía colgados en el gancho de la encimera, y se fuera rápida y pesadamente hacia la cocina, Jungkook no le quitó un ojo de encima hasta perderla de vista a través de las pequeñas ventanitas que tenia la puerta de la cocina.

Dejó salir un largo suspiro que no sabía que estaba reteniendo, últimamente se sentía demasiado ahogado en la cafetería, y su única vía de escape era Taehyung.

Esa misma tarde y 20 minutos después del suceso, la campana de la puerta de entrada sonó, y Jungkook alzó la vista con una radiante sonrisa al saber quien era,

Con una sudadera negra y un beatle cuello de tortuga blanco debajo de esta, Taehyung había llegado tan simple pero imponente, y Jungkook se sintió derretir un poquito al ver lo guapo que se veía su casi novio caminando hacia él sin quitarle los ojos de encima y con una pequeña sonrisa temblante en los labios por el frío que comenzaba a hacer.

—Hola, Kookie —Saludó cariñosamente el pelirrojo, con esa potente voz que arrulló a Jungkook, y dejando el casco por sobre la mesa y de paso, uniendo sus manos en un suave apretón como saludo, Jungkook soltó una risita, acariciando con el dorso de su mano la fría mano del mayor.

—Estás helado —Taehyung negó con la cabeza, restándole importancia.

Jungkook miró por las ventanas de la puerta de la cocina, esperando que nadie le estuviese prestando la atención suficiente. Y agachándose suavemente, tomó el té más cercano que tenía con un infusor, y comenzó a preparar un té para el congelado Taehyung.

—¿Sabes? Llevo tres semanas y media sin comer carne, ni embutidos, ni nada —Volvió a hablar Taehyung, viendo atentamente como Jungkook preparaba el té lo más rápido posible. El chico le miró con una sonrisa frente a la tetera mientras hervía.

—¿De verdad? ¿Te estas haciendo vegetariano? —Preguntó, casi tan feliz como el día en que Taehyung se le confesó. La idea de que Taehyung fuese vegetariano como él le resultaba bonita, ya no sería un raro espécimen que no comía carne entre los coreanos y se alimentaba de frutas y verduras solamente.

—Si, o sea —Taehyung ladeó la cabeza—. Siempre me gustó el tema del vegetarianismo, pero mi mamá me lo prohibió por muchísimo tiempo mientras estaba en el instituto —Taehyung se encogió de hombros, soltando una risita—. Y ahora que soy bastante más independiente, y como estoy contigo, comencé a dejar la carne y ser vegetariano, tal como tú —Taehyung alzó las cejas y entrelazó sus dedos en la barra.

Jungkook se rió, tomando la tetera y acercándose a la taza que tenía puesta al otro lado de la encimera con el difusor.

—O sea, ¿te hiciste vegetariano porque te influencié indirectamente a serlo? ¿Por mi? —Jungkook lo preguntó en broma, mientras vertía el agua caliente en la taza.

—Si, por ti —Afirmó, y Jungkook sintió cosquillas en el estómago y con su cuerpo vibró por completo ante esas tres míseras palabras.

Y tal vez, luego Jungkook entendió el por qué Irene había mentido con eso de ser vegetariana.


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For me? || TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora