𝟐 • 𝑯𝒆𝒓𝒊𝒅𝒂𝒔 𝒚 𝒓𝒂𝒛𝒐𝒏𝒆𝒔

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Su sentido arácnido le hizo entender que estaba siendo intimidada por el gran hombre, desde abajo no lo percibía tan alto, cuerpo trabajado y...

—¿Está drogado? —Kay le prestó más atención.

—¡¿Que?! —Esa pregunta le hizo desconcentrarse un poco.

—Tenés los ojos rojos, es obvio que está drogado

—¿Disculpa...? Se supone que debías asustarte, no hacer esas preguntas

—Eso dicen todas las personas cuando se drogan

—¡Ay coño! ¡Así son mis ojos!

Enojado Miguel tomo más fuerte el rostro de la mujer, haciendo que su espalda quedará sobre los botones de los computadores.

—¡Suéltame Martín! —Kayle empezó a sentir dolor en la espalda, ya que la presión de los controles la lastimaba.

—¡Por un carajo, soy Miguel!

—¡Se escucha igual! ... ¡Malparido, me está lastimando! —la mujer uso un tono desesperado, las garras de el y los botones la hacían sufrir realmente.

—No lo haré hasta que aceptes usar la máscara —susurro en el oído de Kay, se escuchó frío y demandante, causaba escalofríos.

Kayle no tenia otra opción, deslizó su mano por la espalda de Miguel hasta llegar al cabello. Está acción hizo que Miguel la viera y poco a poco quitará fuerza en ella. Sus miradas se conectaron al instante. El hombre se fue acercando a los labios de Kay.

—Usted no me das órdenes

Antes de tener su mano izquierda ocupada en la espalda de Miguel, la derecha ya había aventado telaraña a las paredes de la habitación, y mientras distraía al hombre, lanzo más de sus telarañas. Después de decirle esa línea, tomo a Miguel y lo dejo en la posición que estaba ella, sus telarañas hicieron un tipo de resortera. 

—¿Sabe? Mi madre siempre me dijo que era muy juiciosa para la actuación

Antes de algún otro mal trato, Kayle amarro a Miguel de los brazos, quedando sobre las computadoras. Ella fue más generosa y no lo lastimo con los botones.

—Y tiene razón —Miguel la miro molesto, fue tan imbécil para caer en una simple trampa.

La mujer había terminado en el suelo, pero inmediatamente se levantó y se estiró un poco.

—Le diria que fue un "gusto" conocerlo, pero no me gusta mentir—dijo burlesca.

—Dejémoslo en "placer" —ladeó la cabeza en modo de juego.

Kay sonrió apenada. —Claro Martín, lo que diga —dió un ligero movimiento mostrándole solo su perfil al hombre.

Bufo. —Es Miguel

Antes de usar sus telarañas e irse del lugar lo miro de nuevo. —Por cierto Miguel...luce muy sexy de esa manera

Kayle rápidamente dió un salto para dejar la plataforma y avanzo hacia la salida.

—Dos recomendaciones —Miguel rompió las telarañas y sus palabras causaron que la mujer detuviera sus pasos—. Mida sus palabras y no atraviese por esa puerta

—¿Y si lo hago...que? —le daba la espalda.

—Todos los spiders que estén disponibles comenzarán a perseguirla

—¿Sabe cuánto he esperado por una persecución?

Era cierto, la mujer ya hacía mucho tiempo que no peleaba o simplemente sentía adrenalina, esto era lo que necesitaba. Kay ignoro todo y camino, Miguel no lo permitiría e impidió la salida.

Un gusto lento ᚌ Mɪɢᴜᴇʟ O'Hᴀʀᴀ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora