Capitulo 18

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— No puedo creer que hayas hecho aquél escándalo.  Por eso la madre de la chiquilla casi te mata con la maleta — Se quejo Cereza halando su maleta después de que el avión por fin aterrizara en Texas.

— Yo tampoco puedo creermelo.

Cereza se voltio—. Callate tú, engendró del demonio — Apunto la pelirroja a Lucas y esté paso por su lado molesto.

Me habré perdido algo durante el resto del viaje.

Tomamos un taxi y yo me recoste en el hombro de mi amiga mientras que Lucas tomo otro taxi que lo llevaría al hotel.  Yo le dije que lo llamaría cuando verificara que Bryan iría a la casa.  Mi hermano ésta viviendo con su novia Lena que esta en su último mes de embarazo.

Iba a ser tía por segunda vez cosa que me alegraba y me entristecia por no tener a mi bebé conmigo.

Al llegar al frente de mi casa las cosas siempre seguían iguales.  Los graneros, las gallinas cacareando y dejando su mierda por todos lados, las vacas pastando en su lugar y lo más común mi madre gritando.

¿Mi madre gritando?

— ¡Va a nacer!

Apresure el paso hacía la puerta y al abrirla me encuentro con mis padres de frente.

— ¡Danatella! ¡Mi niña rebelde estás aquí! — chillo mi madre mientras me asfixiaba con su abrazo.  Papá sonreía a espaldas de mamá. 

— Estaré aquí una semana, pero necesito ver a Bryan.

Mi madre me empujo hacía afuera—. ¡Si tu hermano esta en el hospital!  ¡Hoy será padre! — Me empujaba para llevarme hasta el auto para irnos.

Yo no quiero ir a joderme el culo en un hospital ahora.  Maldita sea.

— Mejor yo lo espero en casa.

Mi madre fruncio el ceño pareciendo a un pequeño jabalí—. Entra el culo al auto y demuestra apoyo.  Hoy serás tía.  El destino te trajo aquí.

Será el cabrón de Lucas me trajo aquí.

A regañadientes entre en pequeño volkswagen amarillo.  ¿Desde cuándo a mis padres le gustaban éstos autos?  Me sentía como en una caja de fósforos y no se siente nada bonito porque para completar tienen una jaula dentro con una gallina gorda, parece una bola de baloncesto.

— Mamá, ¿Qué hace ésto aquí? — pregunte señalando la gallina y mi madre se voltio—. Es tuya.  Me la regaló la mamá de Cereza, pero ahora que estás aquí quiero que te la lleves.  Un recuerdo de nuestro Texas para tu departamento — dijo como si fuera ésa gallina una mascota.

Lo que yo debería hacer es picarla y hacer un buen pollo frito con ella.

— No creo que Travis le gustará en su departamento — murmure para mi misma y mi santísima madre escuché.

— ¡¿Estás viviendo con él?!  ¡Te dije que primero te casaras! — exclamó mi madre asesinandome con el dedo.

Papá me miraba por el retrovisor y yo estaba roja de la vergüenza. 

— Tengo veintiún años para casarme.

— No evadas mi pregunta jovencita, ¿Están conviviendo? — pregunto muy seria y yo solte un suspiro—. Sí, ya vivimos juntos y es la mejor decisión que he tomado.

Mamá empezó a reírse como histérica y mi padre la miró como si le hubiera salido otra cabeza—. Pues más vale que Travis venga a pedir tu mano porque él no va estar comiendose a la vaca sin siquiera pagarla.

¡Olvidame, idiota! - ¿SNSRTE2? #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora