Capítulo #1

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Narrador Omnisciente

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Narrador Omnisciente

La fuerte lluvia azotaba las afueras de la lujosa casa del señor Stark, haciendo que las gotas golpearan violentamente las ventanas y el tejado. El sonido era ensordecedor, creando una atmósfera opresiva y sombría. El viento soplaba con fuerza, haciendo que las ramas de los árboles se balancearan y las hojas volaran en todas direcciones.

Una mujer joven, con el rostro empapado por las lágrimas y los cabellos pegados a su piel, sostenía con ternura un cesto en sus brazos. En su interior, la pequeña bebé dormía plácidamente, abrazando su peluche favorito con fuerza, como si fuera su único consuelo en medio de la tormenta. La madre, con el corazón en pedazos, acarició suavemente la mejilla de su hija, depositando un beso cargado de amor y tristeza en su frente.

Con precaución, la mujer dejó el sexto en la entrada de la casa, protegiéndolo de la lluvia con su propio cuerpo. Sabía que era el momento de separarse de su pequeña, aunque le desgarrara el alma. Las lágrimas se deslizaban por las mejillas de la bebé, como si ella pudiera sentir la tristeza y el dolor de su madre.

Al ubicar con cuidado a su hija en el suelo, la mujer metió dos cartas dentro de un sobre, asegurándose de que quedaran a salvo de la lluvia. Eran las últimas palabras que quería dejar para su pequeña, una explicación de por qué estaba tomando esta difícil decisión. Cada palabra escrita llevaba consigo la carga emocional de una madre que estaba dejando a su hija atrás por circunstancias desgarradoras.

Con el corazón hecho pedazos, la madre tocó el timbre del establecimiento y se ocultó entre los árboles, buscando desesperadamente un escondite donde no pudiera ser vista. Sabía que no podía permitirse ser descubierta, temiendo las consecuencias de su acto. Observó en la distancia cómo una de las empleadas salía corriendo hacia el cesto, agarrándolo con una mezcla de miedo y curiosidad en su rostro.

La escena era desgarradora y angustiante, el ambiente oscuro y tormentoso reflejaba perfectamente el torbellino de emociones que embargaba a la madre y a la bebé. Era una despedida dolorosa e inevitable, donde el amor y la tristeza se entrelazaban en cada lágrima y suspiro, y donde la incertidumbre del futuro se mezclaba con el pesar del presente.

Actualmente

— ¿Qué estás haciendo? — preguntó Amelia acercándose a su padre, con curiosidad en sus ojos infantiles.

— 46... — contó Jarvis — 47. Por favor, señor, ¿puedo solicitar unas horas para calibrar...?

— No — respondió Tony, con determinación —. Evangeline, ¿no deberías estar en tu cuarto?

— No tengo sueño, y no me llames así. Odio ese nombre — respondió la niña, acercándose a su padre —. ¿Qué es eso? — tocó con delicadeza su brazo.

— Implantación de micro repetidores terminada... Así se supone que te llamas — se limpió la sangre del brazo —. ¿No puedes dormir?

— Más o menos... ¿Papi? — preguntó la niña, buscando la atención de su padre.

Inefable || Peter Parker (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora