01. Colores

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Todos habréis escuchado alguna vez en toda vuestra vida el dicho de, para gustos los colores. Aunque bien se sabe que en la práctica todo es diferente.
Todos al nacer, por nuestro sexo nos ponen un color predeterminado. Si naciste hombre, tu color será el azul y si naciste mujer será rosa. Pasando el tiempo posiblemente cambiaremos. Pero no por nuestros gustos, siempre es por, bien el grupo al que pertenecemos o bien en el entorno en el que hemos crecido. Pero por el primer motivo, nuestros gustos propios, casi nunca.

Pero claro, siempre está ese casi, que cuenta como un 2% de seres que rompen la rutina de la comodidad. Que hacen todo lo que los demás no se atreven a hacer. Y dentro de ese 2% se encuentra Son Gohan.

Claro, pero para un terrícola, el mismo lector en este caso, sonará normal que Gohan rompa lo habitual, no por nada es un híbrido de humano y sayan. Pero esto no tiene nada que ver, es más, para los sayans, todos tenían su color asignado desde pequeños, un ejemplo sería el de Vegeta, que es azul, ya que pertenece a la realeza.

Por esto, por mucho tiempo, Gohan también tenía un color, podríamos decir, predeterminado, le venía de familia. Al ser ese color el favorito de todos los Sons el suyo también lo era.

Hasta que llegó un día, día donde Gohan todavía era parte de ese nunca, ese 98% de la población, un mar de seres que piensan y opinan igual por no salirse de lo común. Pero a partir de aquel momento, poco a poco todo iría cambiando en su entorno.

El día que todo comenzó, empezó como todos los días. Era de tarde, y como si de una extraescolar se tratase, Piccolo, un viejo rival ahora amigo de su padre, le impartía clases de artes marciales.

Como todo viernes tocaba teoría, ya que era el último día laboral y Gohan se solía encontrar agotado.

La clase fue como siempre, maestro explicaba y alumno atendía. Así hasta que llegó la hora del descanso. Ese día Gohan había llevado una caja de colores y un libro infantil para pintar en él.

Este acto, para Piccolo, fue muy extraño, de normal el sayan nunca traía cosas para el descanso. Y además ese libro de dibujos parecía de un niño pequeño o de...

—Gohan,— rompió el silencio después de mucho rato. A su llamada el sayan lo miró.—esa libreta es de tu hermano Goten, ¿cierto?— dijo sin poder aguantar más la curiosidad.

—Sí, es de mi hermano, nunca va a madurar. Se lo compré por capricho y ni siquiera termino de pintar uno de los dibujos— contestó el híbrido sin apartar la mirada de su cuaderno.— A pesar de tener siete años, para ocho, todavía se comporta como si tuviera cinco. A este paso estará en la secundaria y en casa jugando con peluches— y con esa frase el silencio volvió a reinar en el verde prado donde siempre entrenaban.

— Señor Piccolo,— Gohan volvió a romper el silencio.— ¿Cuál es su color favorito?— dijo mientras sacaba los colores de su caja

El namekiano, se pensó la respuesta por un momento, a diferencia de los seres humanos o los sayans. El color favorito de un namekiano se basaba en los gustos de este mismo.

— Podríamos decir que tengo dos- dijo dirigiendo su mirada al cielo, como si buscará algo en él.— El morado y el naranja.

— Oh, interesante, el mío es el na...— no termino la frase al ser interrumpido.

— Enseñanza del día. Un color no es cualquier cosa, Gohan. Si tú familia tiene como preferente el naranja, no debe de ser el tuyo también. Piénsalo bien, un color de preferencia debe representar a tu mayor gusto.

Y con ese comentario, Piccolo dió la clase como concluida y Gohan volvió a su hogar.

Llegó a la puerta y, a diferencia de el resto de días. No saludó a su madre, no le dió un abrazo a su hermano ni preguntó a su madre por su padre. Nada de eso, solo se limitó a entrar y caminar por los pasillos, abrir su habitación y derrumbarse en la cama.

Y allí pensando en la conversación con el namekiano le pasó la tarde y llegó la noche. Su madre estaba preocupada, su hijo no salía de la habitación y eso era motivo de preocupación.

Y no salió, y ella lo intento, deberás que quíso sacarlo de allí, pero el chico estaba muy metido en sus pensamientos. Todo lo que pensaba que tenía en claro se derrumbaba a cada momento que lo pensaba, que se detenía a recordar esa frase: «Un color no es cualquier cosa, Gohan. Si tú familia tiene como preferente el naranja, no debe de ser el tuyo también. Piénsalo bien, un color de preferencia debe representar a tu mayor gusto.»

¿Cuál era su mayor gusto? ¿Porqué no dejaba de pensar en el namekiano? Preguntas como esas rondaban por la cabeza, de un chico, que sin saberlo en unos días o tal vez meses ya no será de ese 98% con miedo a lo diferente.
































¿Que os pareció este primer capítulo?

Gohan:- Mi yo adulto tiene los mismos gustos que yo

Yasei:- La verdad es que sí

Dende:-Pero no tiene los mismos gustos

Gohan:-No pilla la indirecta.- No, tiene los mismos, somos la misma persona, ¿no?

Yasei:-Gohan, Dende no se refiere a eso.

Dende:-Infla sus mejillas.- Malvado

Gohan:-Waaaaa

Bulma:-Abraza a Gohan.- Oooh los bebés se pelearon. Pelea de matrimonio.

Yasei:-Bulma, te lo repito, ni son pareja ni están casados.

Bulma:-Ya lo veremos.- Se los lleva y los viste otra vez de novia y novio para casarlos

Yasei:-Que manía.

Bueno yo ya me despido. En el próximo capítulo, no se sabe cuando, nos volveremos a ver.

Bye, bye

𝑀𝑖 𝑐𝑜𝑙𝑜𝑟 𝑓𝑎𝑣𝑜𝑟𝑖𝑡𝑜 (Piccohan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora