Historias cortas por un corazón roto

HISTORIA IV

QUIZÁS AHÍ NO ES, PERO YO LO QUIERO

-Canción para esta historia: Me Alejo De Ti / Zhamira Zambrano.

Había una vez un hombre llamado Julio, quien siempre había tratado mal a una mujer llamada Elena. Desde el primer momento que se conocieron, Julio llegó a la conclusión de que Elena era débil, ingenua y estaba enamorada de él, por lo que decidió que aprovecharía eso para divertirse a su costa.

A pesar de que Elena siempre demostró ser una mujer inteligente y fuerte, Julio seguía pensando que era inferior a él y así lo demostraba en cada oportunidad que tenía. Nunca había un momento en que Julio mostrara algún tipo de afecto hacia Elena, siempre la ignoraba o la trataba con indiferencia.

Sin embargo, Elena siempre estuvo enamorada de él. A pesar de que Julio era cruel con ella, Elena aún creía que algún día él cambiaría y se enamoraría de ella también. Era una fantasía que la hacía sentir un poco mejor cada vez que él la rechazaba o se burlaba de ella.

El tiempo pasó, y aunque Elena había intentado de todo para llamar la atención de Julio, nada parecía funcionar. Él seguía siendo la misma persona despiadada de siempre, y ella seguía siendo la misma mujer enamorada que se quedaba despierta noche tras noche pensando en él.

Pero sucedió algo que cambió todo. Una noche, Elena tuvo un accidente automovilístico mientras conducía de regreso a casa después de una larga jornada laboral. Afortunadamente, sobrevivió, pero sufrió lesiones graves y tuvo que pasar varios días en el hospital.

Julio se enteró del accidente de Elena a través de un amigo en común y decidió visitarla en el hospital. Al principio, Elena estaba contenta de verlo, pero rápidamente se dio cuenta de que él solo estaba allí para satisfacer su propia curiosidad.

Julio le preguntaba cómo estaba cada vez que la visitaba, pero en realidad no se preocupaba por su bienestar. Era solo una oportunidad más para burlarse de ella y hacer comentarios hirientes.

Pero algo sucedió cuando Elena ya estaba a punto de ser dada de alta del hospital. Julio estaba en la habitación con ella y de repente, se puso a llorar. Al principio, Elena pensó que era solo una estrategia para hacer que ella se sintiera mal por él, pero luego se dio cuenta de que era algo genuino.

Julio admitió que había sido un idiota con ella durante todo el tiempo que la había conocido. Dijo que se había dado cuenta demasiado tarde de que ella era la única persona que realmente lo conocía y lo entendía. Se arrepintió de todas las veces que la había lastimado y le prometió que nunca volvería a hacerle daño.

Elena estaba abrumada por la emoción. Después de tanto tiempo, su sueño finalmente se estaba haciendo realidad. Julio parecía haberse dado cuenta del error que había cometido y estaba dispuesto a cambiar y a amarla de verdad.

Pero la realidad es que Elena nunca debería haber esperado tanto tiempo para tener esa conversación. Jamás debería haber aceptado ser tratada de esa manera por alguien que no la valoraba. Julio no era la persona correcta para ella, y ella merecía algo mucho mejor.

Sin embargo, Elena tomó la decisión de creer en Julio y perdonarlo por todo lo que le había hecho. Pensó que esta era la oportunidad perfecta para finalmente tener la relación con él que siempre había querido.

Pero su amor por Julio nunca fue correspondido. A pesar de que Julio había prometido cambiar, regresó a su comportamiento egoísta y cruel hacia Elena a los pocos días de haber abandonado el hospital.

Elena se encontró a sí misma de vuelta en la misma situación que había estado desde que conoció a Julio. Siempre enamorada de alguien que no la amaba y que no valoraba su verdadero valor. Se sintió engañada y herida por él, pero Elena seguiría día tras día, año tras año, aferrándose a la idea de que algún día cambiaría.